El Fondo Monetario Internacional (FMI) pronosticó que la región de Latinoamérica y el Caribe cerrará el año con una tasa inflacionaria de 12.1 por ciento, cifra superior al 11.2 por ciento previsto en abril.
Además, la organización internacional también fue más pesimista con las expectativas de inflación para el próximo año, al pasar de 8 a 8.7 por ciento.
“Esto significa que esperamos que la inflación supere el límite superior de los rangos objetivo de los bancos centrales en alrededor de 400 puntos básicos, en promedio, en las cinco economías más grandes de América Latina (Brasil, Chile, Colombia, México y Perú) para fines de este año, y permanecer fuera del rango meta durante parte del próximo”, detalló el reporte del FMI.
Por si fuera poco, el reporte indicó que un mayor debilitamiento de las monedas de la región y las crecientes presiones salariales podrían generar presiones inflacionarias adicionales.
“La inflación persistente en medio del debilitamiento de la actividad económica y la caída de los precios de las materias primas hará que la formulación de políticas sea más desafiante”, advirtió el fondo.
En el reporte liderado por Gustavo Adler, jefe de división en el departamento del hemisferio occidental del FMI, se indicó que los responsables de la formulación de políticas deben seguir centrándose en preservar la estabilidad macroeconómica y la cohesión social.
“En medio de los altos niveles de deuda pública posteriores a la pandemia y el aumento de las tasas de interés reales, la política fiscal deberá centrarse en fortalecer los saldos fiscales y garantizar la sostenibilidad de la deuda mientras continúa apoyando a las personas más vulnerables con medidas específicas y temporales si es necesario durante un período de crecimiento más lento y alta inflación”, indicó el reporte.
Asimismo, consideraron que la política monetaria debe continuar enfocándose en controlar la inflación y anclar las expectativas de inflación.
“Esto, junto con una comunicación clara, seguirá siendo clave para preservar la credibilidad ganada con tanto esfuerzo por los bancos centrales”, subrayó el FMI.
Respecto a la actividad económica de la región, el FMI prevé un crecimiento de 3 por ciento para este año, lo que representa una ligera mejora respecto al 2.5 por ciento pronosticado en abril.
Sin embargo, el FMI ajustó de 2.5 a 2 por ciento los pronósticos de crecimiento para el próximo año, debido principalmente a condiciones financieras globales más estrictas, menor crecimiento global, inflación persistente y creciente tensiones sociales en medio de una elevada inseguridad alimentaria y energética.