Durante el primer semestre de la actual administración, específicamente el 9 de mayo de 2019, el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció la terminación de las licitaciones privadas para la construcción de la refinería de Dos Bocas, ya que consideró que los proyectos propuestos eran muy costosos y se demorarían más de tres años.
El presidente Obrador ‘bateó’ diversas ofertas de privados, ya que pedían en 10 y 12 mil millones de dólares, pero el Gobierno insistía que debería costar 8 mil millones de dólares y que la obra debería quedar lista a más tardar, en mayo de 2022, según un reporte de la calificadora Moody’s publicado el 13 de mayo de 2019.
Incluso, en conferencia matutina del 14 de mayo de 2019, el presidente expresó: “Nuestros adversarios fueron a buscar a Moody’s para que opinara (sobre la refinería en Dos Bocas) y ya declararon que va a costar más de lo estimado y esa fue la nota. Aprovecho para decir que la refinería va a salir en 8 mil millones de dólares y hasta podemos ahorrar “.
Sin embargo, el 1 de julio de 2022, día en el que se inauguró la primera etapa de la construcción de la refinería, la Secretaría de Energía confirmó que, hasta ese día, la filial Pemex Transformación Industrial (PTI), quien ha administrado este proyecto, ya ha recibido 10 mil 200 millones de dólares, los cuales 8 mil 915 han sido de gasto e inversión y mil 426 millones de dólares de pago de impuestos.
De esta forma, el costo de la construcción de la refinería ya presentó, al menos, un incremento de 27.5 por ciento respecto a los 8 mil millones de dólares que se tenían contemplados cuando inició la obra.
Por lo tanto, el presupuesto recibido hasta la fecha para la construcción de la refinería ya igualó y superó el de diversas ofertas que realizaron empresas privadas, lo que hubiera permitido que la Secretaría de Energía delegara la construcción de la obra y se dedicara a otras tareas del sector.
Moody’s advirtió desde 2019 que esto pasaría, debido a la falta de experiencia del Gobierno para construir refinerías.
“Es probable que el proyecto termine costando más y demorando más de lo previsto por el gobierno, lo que ejercerá más presión sobre los recursos fiscales”, dijo la calificadora.
De acuerdo con un reporte del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), el proyecto adolece de diversas deficiencias, entre ellas planeación inadecuada, ejercicio inadecuado de los recursos públicos y opacidad.
“Debido a una inadecuada estimación de los costos y planeación del proyecto, el costo de la refinería será mayor que el presupuesto original. El Este es un costo que no ha asumido Pemex como Empresa Productiva del Estado, sino los mexicanos en general, al tratarse de recursos provenientes en su mayoría de aportaciones patrimoniales del Gobierno Federal a la empresa con cargo al Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF)”, detalló el think tank.
Entre enero de 2019 y marzo de 2022 el Gobierno Federal apoyó a Pemex con poco más de 552 mil millones de pesos por concepto de aportaciones patrimoniales, de los cuales 175.8 mil millones de pesos (31.8 por ciento) se han destinado a la construcción de la refinería de Dos Bocas.
“Más allá del costo monetario que implica la construcción de la refinería, la estrategia del gobierno implica un costo de oportunidad en términos de los recursos que se han dejado de gastar en otros rubros como salud, educación o seguridad pública”, enfatizó el IMCO.
Las aportaciones asignadas entre el 1 de enero de 2019 y el 31 de marzo de 2022 a la construcción de la refinería equivalen, por ejemplo, a los recursos ejercidos por la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (163.8 mil millones de pesos) durante este periodo.
“En otras palabras, esto significa que el Gobierno Federal pudo haber duplicado el gasto en seguridad pública en los últimos tres años de no haberlo destinado a la nueva refinería”, indicó el instituto.