Petróleos Mexicanos (Pemex) está buscando financiamiento de HSBC y Goldman Sachs en un acuerdo que vinculará los fondos a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
Los bancos acordaron proporcionar a Pemex financiamiento vinculado a objetivos de reducción de emisiones de carbono mientras el productor estatal mexicano tiene dificultades por una crisis de liquidez y enfrenta una creciente presión de los inversionistas para mejorar sus antecedentes ambientales, según personas con conocimiento de la situación.
Los bancos proporcionarán alrededor de mil millones de dólares, dijo una de las personas. El acuerdo aún no se ha finalizado, señalaron las personas.
Ni Pemex ni Goldman Sachs respondieron a una solicitud de comentarios. HSBC declinó hacer comentarios.
El Gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha dejado de pagar el servicio de la deuda de la compañía en lo que va del año en medio del alza en los precios del crudo. Los inversionistas exigen 6.3 puntos porcentuales adicionales para mantener los bonos en dólares de Pemex con vencimiento en 2050 sobre la deuda soberana mexicana con similar fecha de término.
El diferencial es el más alto desde que la compañía emitió los bonos hace dos años. La empresa todavía tiene dificultades para pagar a los proveedores después de que fracasara la venta de nuevos bonos de un canje de deuda, lo que pone de relieve las preocupaciones en torno a su liquidez.
Pemex, un poco ‘sucio’ con su producción de contaminantes
Pemex dijo en una videollamada de resultados a fines de julio que invertiría 2 mil millones de dólares de sus propios recursos y créditos internacionales para reducir las emisiones de metano en 2 por ciento para 2024.
La quema de gas de Pemex, que genera emisiones de CO2, aumentó 9.7 por ciento en el segundo trimestre frente al anterior. El año pasado, sus emisiones de carbono de alcance 1 —aquellas generadas directamente por la empresa— aumentaron 8 por ciento con respecto al año previo.
Investigadores de la Universidad Politécnica de Valencia, en España, descubrieron dos enormes fugas de metano —el segundo mayor contribuyente al calentamiento global después del dióxido de carbono— desde una plataforma de petróleo costa afuera de Pemex. Cada una de las fugas, en diciembre y agosto, contribuyó con unas 40 mil toneladas de metano liberadas a la atmósfera, lo que las convierte en unas de las emisiones más grandes que haya detectado la nueva tecnología satelital, según Itziar Irakulis-Loitxate, investigadora principal de los estudios.
Pemex minimizó el tamaño de la fuga de metano de diciembre y señaló en un comunicado que los autores del estudio malinterpretaron el nitrógeno como gas metano y dijeron que los gases se escaparon durante varias horas, y no durante varias semanas.
Irakulis-Loitxate declaró a Bloomberg en una entrevista que el comunicado de Pemex “no tiene base”, ya que la tecnología satelital detecta específicamente el metano y no lo confundiría con otra sustancia como el nitrógeno.
Pemex ha tenido problemas para aprovechar los precios del crudo para cubrir sus necesidades de gasto de capital. Un canje de deuda comercial con proveedores por nuevos bonos en julio fue considerado un fracaso, ya que Pemex recaudó menos de lo planeado. Dos Bocas, la refinería con un precio de referencia que superó los 18 mil millones de dólares también está afectando los bonos de la empresa.
En julio, Moody’s Investors Service rebajó la calificación crediticia de Pemex en un escaño a cuatro niveles por debajo del grado de inversión. La compañía cayó en grado especulativo después de rebajas de importantes agencias de calificación en 2020 y 2019.
La deuda de Pemex es la más alta de cualquier compañía petrolera, con 108 mil 100 millones de dólares a fines de junio. Desde el inicio de la presidencia de López Obrador, en 2018, Pemex ha recibido más de 20 mil millones de dólares en inyecciones de capital y exenciones de impuestos.