Economía

PIB de México crecerá 1.4% en 2023, estima la UNCTAD

Será hasta 2024 cuando la economía mexicana se recupere a niveles de antes de la pandemia, señala el informe Trade and Development Report 2022.

El PIB de México crecerá 1.8 por ciento en 2022 y 1.4 por ciento en 2023, estima la UNCTAD.

México seguirá la dinámica recesiva de su socio comercial Estados Unidos, por lo que se advierte una desaceleración en el crecimiento de su economía. El PIB de México crecerá 1.8 por ciento en 2022 y 1.4 por ciento en 2023, según estimados de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), lo que indica que su recuperación a niveles de antes de la pandemia será hasta 2024.

“Para 2023, debido a sus estrechos vínculos con el ciclo comercial y monetario de los Estados Unidos, se espera que el PIB mexicano se desacelere aún más, a una tasa de crecimiento del 1.4 por ciento”, señala el informe Trade and Development Report 2022 en el que advierte que siguiendo los pasos de Estados Unidos, “la dinámica recesiva también está en juego en México para 2022-2023″.

La economía estadounidense está desacelerándose. El crecimiento caerá desde 5.7 por ciento en 2021 a 1.9 por ciento en 2022 y continuará deslizándose para alcanzar 0.9 por ciento en 2023.

Esta desaceleración se debe a tres fuerzas, el alza en tasas de interés para reducir la inflación está desacelerando la demanda; la eliminación gradual del estímulo fiscal agrega un impulso negativo a la demanda y el ajuste de los precios de los activos a tipos de interés más elevados ha impuesto enormes pérdidas de capital a las empresas y familias estadounidenses, reduciendo temporalmente la demanda privada.

“La mayor parte de la desaceleración del crecimiento ocurrirá entre mediados de 2022 y mediados de 2023, con una recuperación marginal a fines de 2023″, señala el informe.

Será hasta el 2024 cuando la economía mexicana se recupere a niveles de antes de la pandemia luego de la caída de 8.3 por ciento en 2020. En el 2021 apenas recuperó la mitad, un 4.8 por ciento, sigue con cierto impulso y por eso las expectativas del 2022 mejoraron a 1.8 por ciento, 0.6 puntos porcentuales respecto a los estimados de marzo de la UNCTAD. No obstante, para 2023 la cifra baja a 1.4 por ciento y eso da un crecimiento del PIB de 8.0 por ciento acumulado entre 2021 al 2023.


Economía mundial se ralentiza

El Informe anual sobre el Comercio y el Desarrollo del 2022 de la UNCTAD estima un crecimiento mundial del 2.5 por ciento en 2022, que se ralentizará al 2.2 por ciento en 2023, y sugiere medidas para evitar una crisis y apoyar a los países en desarrollo.

“Las medidas de política monetaria y fiscal en las economías avanzadas amenazan con poner freno al crecimiento de la economía mundial y prolongar su estancamiento, causando un daño aún peor que la crisis financiera de 2008 y la pandemia en 2020″, advierte la UNCTAD.

En América Latina se estima una brusca desaceleración del PIB desde 6.6 por ciento en 2021 a 2.6 por ciento en 2022 y caiga a 1.1 por ciento en 2023. El patrón de crecimiento está conformado por las economías más grandes, cuyo desempeño se espera que se desacelere en 2022. Argentina, Brasil y México, que luego de crecer 10.2, 4.6 y 4.8 por ciento en 2021, respectivamente, se deslizarán a 4.1, 1.8 y 1.8 por ciento en 2022. Entre estos, la actividad en México aún no se ha recuperado al nivel de 2019 después de contraerse 8.3 por ciento en 2020.

“Impulsar la creación de empleo y permitir aumentos atrasados en los salarios reales serán, en el contexto actual de presiones inflacionarias globales y demanda externa débil, los grandes desafíos de política que enfrentarán la mayoría de los países en su intento de abordar las desigualdades, reactivar el crecimiento y recuperar la estabilidad económica”, expone el informe.

El aumento del costo de vida es un desafío creciente para los formuladores de políticas y no solo donde las expectativas inflacionarias crónicas están bloqueadas. En su mayor parte, el reciente aumento inflacionario ha sido impulsado por los precios mundiales de la energía y los productos básicos, y por el traspaso de la volatilidad del tipo de cambio y las depreciaciones, todo lo cual está afectando a las economías en todos los ámbitos.

“El endurecimiento de la política monetaria es, en el mejor de los casos, una respuesta política parcial a estos efectos. Su aplicación de mano dura corre el riesgo de una drástica depresión de la demanda interna, provocando recesiones y amenazando con disturbios sociales”, concluye el informe.

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