Expertos han advertido que Estados Unidos podría caer en recesión por el contexto geopolítico actual, con claras y marcadas interrupciones en las cadenas de suministros, así como por las altas tasas de interés que ha impuesto la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) para tratar de mitigar las presiones inflacionarias vistas a raíz de la crisis sanitaria por COVID-19.
Este panorama previsto para la Unión Americana indudablemente ‘arrastrará’ a México a una recesión.
Pero quizá te estás preguntando ¿Qué es una recesión? Acá te lo explicamos.
Los episodios de recesión ocurren cuando la economía deja de crecer y en lugar de ello comienza a contraerse.
De acuerdo con un análisis realizado por Santander, la salud económica de los países no solo depende de su propia capacidad para producir bienes y servicios, sino que también está condicionada por lo que sucede en los conflictos bélicos, las crisis sanitarias o, incluso, la moda y las creencias de los mercados, entre otras razones.
Indicaron que se puede considerar que un país entra en recesión cuando el Producto Interno Bruto (PIB) registra dos trimestres de contracciones.
Detallaron que no se debe confundir el término ‘desaceleración’ con el de ‘recesión’, pues en una desaceleración económica el PIB sigue creciendo -pero a menor ritmo-, mientras que en una recesión las variaciones son claramente negativas.
“Si hay algo que debemos tener claro es que todas las recesiones no son iguales y que, además, pueden ser causadas por diferentes motivos y manifestarse, también, de varias formas”, dijeron en Santander.
Destacaron que, una de las principales causas de una recesión es la incertidumbre, tal es el caso del contexto vivido actualmente.
“Se produce cuando no se puede conocer o calcular cómo será el comportamiento de la economía en el futuro, por lo que aumenta el riesgo a la hora de tomar decisiones en los diferentes mercados. Los conflictos bélicos o las pandemias son dos ejemplos de situaciones que producen incertidumbre económica, haciendo impredecibles los hábitos de consumo en el corto, mediano y largo plazo. En consecuencia, las decisiones de las empresas y las personas en el gasto o la inversión se posponen, produciendo una caída en la actividad económica”, abundó la firma en el análisis.