La cantidad de vehículos que atiende, en promedio, cada gasolinera del país pasó de 3 mil 460 en 2015 a 3 mil 659 en 2022; sin embargo, hay entidades como la CDMX donde este promedio se dispara a 15 mil vehículos por cada gasolinera instalada, por lo que existe una importante área de oportunidad para que se construyan más estaciones, señaló José Nery Pérez, titular de la unidad de planeación, vinculación y asuntos internacionales de la Comisión Federal de Competencia Económica (COFECE).
“La gran cantidad de vehículos y habitantes a los que atiende cada estación de servicio es indicativo de que hay espacio para que crezca la oferta”, dijo el funcionario durante su participación en el webinar “Competencia y piso parejo en el entorno actual del sector de hidrocarburos”, organizado por la Asociación Mexicana de Proveedores de Estaciones de Servicio (AMPES).
En los últimos siete años, la cantidad de estaciones de servicio ha crecido, en promedio, en 2.78 por ciento a tasa anual, y aunque los números siguen siendo positivos, a partir de 2019 comenzó a disminuir la velocidad del crecimiento de nuevas gasolineras.
Mientras que, en 2016, la tasa de crecimiento de nuevas estaciones de servicio ascendió a 6.3 por ciento anual, en los meses que corren del presente año apenas se tiene un registro de un incremento 1.1 por ciento.
La escasez de gasolineras respecto a otros países es notoria, ya que mientras en México existe una estación de servicio por cada 9 mil 924 habitantes, Estados Unidos y Canadá ofrecen una gasolinera por cada 3 mil 85 y 3 mil 101 habitantes, respectivamente.
“Al eliminar las restricciones para la construcción y operación de nuevas estaciones de servicio, se contribuye a que haya una mayor oferta en el expendio al público de gasolina y diésel, lo que se traduce en competencia más intensa en beneficio de los consumidores”, apuntó José Nery.
De esta forma, el funcionario de la COFECE recomendó una serie de medidas que ayudarían a dinamitar la oferta de estaciones de servicios en el país, como lo sería eliminar las distancias mínimas entre competidores y crear mayor presión competitiva, eliminar requerimientos de superficies mínimas para la construcción de nuevas estaciones de servicio.
También ayudaría establecer criterios claros y transparentes para facilitar y agilizar la obtención de permisos por parte de la Comisión Reguladora de Energía (CRE) y alinear los ordenamientos estatales al nuevo marco normativo.