La inflación en México desaceleró durante la primera quincena de octubre, su tercer registro al hilo a la baja; sin embargo, los precios del componente subyacente continuaron su tendencia al alza y expertos prevén que será la mayor preocupación hacia delante.
El Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) registró una variación anual de 8.53 por ciento en la primera quincena del décimo mes del año.
De acuerdo con datos del Inegi, dicho resultado es el más bajo desde la segunda quincena de julio pasado, cuando se ubicó en 8.14 por ciento.
En su comparación respecto a la quincena anterior, el índice de precios reportó un avance quincenal de 0.44 por ciento.
Así, la inflación se ha ubicado 39 quincenas consecutivas por encima del rango objetivo fijado por el Banco de México (3 por ciento, +/- un punto porcentual).
En este sentido, el índice de precios subyacente continuó su tendencia al alza y se ubicó en 8.39 por ciento a tasa anual, su variación más alta desde la segunda quincena de agosto del 2000 cuando subió 8.68 por ciento.
En su interior, los precios de los servicios se ubicaron en 5.29 por ciento a tasa anual, y en las mercancías fue de 11.10 por ciento, impulsado por el componente de alimentos que escaló a 15.50 por ciento en la primera quincena de octubre.
En tanto, la balanza no subyacente se ubicó en 8.95 por ciento a tasa anual, y se moderó respecto al registro anterior.
De manera desagregada, los precios de los productos agropecuarios presentaron una variación de 15.09 por ciento y los energéticos y tarifas autorizadas por el Gobierno se ubicaron en 4.18 por ciento, esto respecto al mismo periodo del 2021.
Persisten riesgos
Jonathan Heath, subgobernador del Banco de México, apuntó en su cuenta de Twitter, que “si bien la inflación general de la primera quincena de octubre disminuyó a 8.53 por ciento de 8.64 por ciento de la quincena anterior, la inflación subyacente siguió al alza al registrar 8.39 por ciento y sigue siendo el tema de mayor preocupación coyuntural”.
“La baja en la inflación general en la primera quincena de octubre se explica por completo por la disminución del componente no subyacente. A su vez, la baja de la no subyacente se explica por la caída en un solo precio, gas LP”, añadió el experto.
Además, destacó que “la baja en el precio de un solo bien y en una sola ocasión no empieza a resolver el gran problema de la inflación, que es de aumentos generalizados y sostenidos en los precios”.
Ricardo Aguilar Abe, economista en jefe del Grupo Financiero Invex, resaltó que “el persistente aumento en la inflación de mercancías alimenticias genera la mayor preocupación; mientras que los precios de alimentos básicos a nivel internacional no desciendan, el costo de los alimentos procesados podría mantenerse presionado al alza”.
Hacia delante, consideró que la inflación subyacente alcanzará un nivel de 8.5 por ciento al cierre del 2022 y comenzará a ceder en 2023 para ubicarse en 5 por ciento.
Jorge Sánchez, economista sénior de Casa de Bolsa Finamex, señaló que la buena lectura del índice de precios viene impulsada por el lado no subyacente ante una disminución en las tarifas de gas LP, en algunas frutas y verduras que incidieron en la variación de toda la inflación.
“Muy por el contrario, la parte subyacente sorprendió al alza, seguimos viendo presiones en la parte de mercancías en su totalidad y en los servicios, por lo que no se puede ‘cantar victoria’, dado que la parte que está ocasionando la desaceleración viene completamente de la parte no subyacente”, dijo.
Gabriela Siller, directora de análisis de Banco Base, aseguró que “los resultados no deben ser considerados como una disminución de las presiones inflacionarias, ya que varios componentes siguen mostrando una clara tendencia al alza, en específico los precios de alimentos, algunos servicios y los energéticos”.