La cena de Acción de Gracias va a ser más cara este año, lo que hará que muchas familias estadounidenses busquen formas alternativas de celebrar.
Desde la gripe aviar que reduce el suministro de pavos hasta la sequía de California que reduce los rendimientos de vegetales y la escasez de mano de obra que afecta a los trabajadores disponibles para procesar y transportar alimentos, los precios han subido en todos los ámbitos, apuntó Michael Swanson, Economista Agrícola Jefe de Wells Fargo.
Los pavos ahora cuestan 1.99 dólares la libra en algunas partes del país, en comparación con 1.15 dólares por libra hace un año, según el USDA.
Y los vegetales también han visto un aumento dramático, con papas hasta 18 por ciento más caras, frutas y verduras enlatadas hasta 19 por ciento y mantequilla hasta un 27 por ciento más costosas respecto al año pasado, según los datos de inflación de septiembre.
Una encuesta realizada por el asesor financiero en línea Personal Capital dijo que uno de cada cinco estadounidenses dudaba si tendría suficiente dinero para cubrir el costo del Día de Acción de Gracias este año. Dijeron que están recortando al organizar cenas más pequeñas, optarán por eliminar al menos un platillo para ahorrar dinero y están pidiendo a los invitados que traigan sus propias bebidas alcohólicas.
La Generación Z, el grupo demográfico que se siente más limitado económicamente, está optando por comidas a base de sopa, ensalada y pizza. También están más dispuestos a pedirles a sus amigos que paguen su parte del festín.
Los restaurantes de servicio limitado, donde se paga antes de comer, se han convertido en una opción para aquellos que desean una comida atendida, ya que han tardado más en subir los precios. En esta categoría, cadenas como Boston Market ofrecen comidas para llevar con pavo asado, salsa, relleno, puré de papas, condimento de arándanos, panecillos y tarta de manzana por menos de lo que cuesta hacer en casa, en algunos casos.
Swanson dijo que la opción de salir a cenar nunca ha sido menor. La inflación en la categoría de “comida fuera de casa” está aumentando a un ritmo más lento que la de los comestibles.
“Para cualquiera que quiera mimarse y olvidarse de la molestia de cocinar y limpiar en casa, este podría ser el año para reservar su restaurante favorito”, apuntó. “Simplemente llame con anticipación, ya que muchos tienen poco personal y no todos los restaurantes están abiertos”.