El mayor riesgo que enfrenta el mundo actualmente fragmentado por diversas causas, es el de la falta de crecimiento económico, por lo que se necesita ser más imaginativos, más flexibles y tener visión de futuro para lograr superarlo, afirmó Ana Botín, presidenta de Grupo Santander.
Esto dijo, porque como en 2008, estamos en crisis, “una crisis con el telón de fondo de los gobiernos que luchan por pagar sus deudas. Esta es una crisis diferente, con retos distintos y diferentes y complicadas elecciones que hay que hacer. Se trata de una crisis que se aleja del dinero barato y la baja inflación, para pasar a tipos más altos e inflación más alta. Necesitamos enfrentarnos a la realidad”.
En el marco del Santander International Banking organizado en la sede del corporativo en España, Botín indicó que el mundo está fragmentado por diversas situaciones, y ejemplificó lo que sucede con Rusia y sus vecinos europeos “parecen abocados a una trágica y traumática ruptura de relaciones que podría tardar una generación o más en repararse, o un mundo en el que Estados Unidos y China plantean cada vez más su relación en términos de suma cero o un mundo donde la regulación, especialmente en las mayores jurisdicciones del mundo, y sobre todo en las áreas que se disputan el liderazgo tecnológico, puede ser tanto una barrera como un apoyo para la integración”.
Ante la fragmentación que se vive en todo el mundo, consideró lo más importante es centrarse en el crecimiento, ya que recordó que hay seis países del mundo -incluida Italia- que tienen una renta per cápita inferior a la de 2008, hay 85 países -la mitad del mundo (44 por ciento), entre ellos España y 4 del G7- que tienen una renta inferior a la de 2019, año del estallido de la pandemia y sobretodo, porque “sin crecimiento no podremos afrontar los problemas que preocupan a las personas: pobreza, empleo, desigualdad, cambio climático y estabilidad democrática. Más aún, tenemos que pagar los altos niveles de deuda que agobian a la mayoría de los países”.
Para Botín, es necesario que todo el mundo se centre en esos retos y en las oportunidades del futuro, “y no seguir como si todavía estuviéramos atascados en el mundo anterior a la crisis financiera de 2008. Eso fue hace 14 años. Era un mundo diferente, cuando nos enfrentábamos a riesgos diferentes”.
Esto dijo porque a medida que los riesgos cambian, las normas deben cambiar y un ejemplo es el tema regulatorio, que es algo que tiene que evolucionar, realizado por las personas para gestionar los riesgos a los que se enfrentan, por lo que pidió trabajen juntos para asegurar que “tengamos un sistema financiero estable y seguro; flexible y dinámico; y que impulse el crecimiento futuro. Porque esta es la mejor manera para apoyar el crecimiento en un mundo fragmentado. Con crecimiento podemos enfrentarnos a los desafíos actuales”.