El Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF) expresó su preocupación con los recientes cambios y reformas a la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria (LFPRH), ya que plantea un peligro para finanzas públicas y un riesgo para la estabilidad macroeconómica de México ante cambios que se anticipan en el entorno económico y financiero global.
“La falta de precisión y claridad en las reformas a la mencionada Ley podría generar ambigüedad para la gestión futura de dichas reservas, o incluso permitir que se utilicen para fines distintos a los que les dieron origen”, señaló en su comunicado.
Añadió que “buscar obtener mayores recursos para el Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios (FEIP) a través de la aportación de activos financieros que no se detallan, abriría la puerta a la discrecionalidad en el uso de fondos constituidos con objetivos específicos, como son las reservas del IMSS, ISSSTE, Infonavit, y Afores, las que son parte fundamental de la seguridad social de los mexicanos”.
Destacó cinco riesgos en el presupuesto federal para el ejercicio 2023:
1. Contiene supuestos macroeconómicos muy optimistas, principalmente el crecimiento esperado del PIB, lo que podría implicar una sobre-estimación importante de los ingresos.
2. Relaja las metas de finanzas públicas al tener como objetivos un balance fiscal de menos 3.6 por ciento del PIB, un balance primario de menos 0.2 por ciento del PIB y Requerimientos Financieros del Sector Público (RFSP) por 4.1 por ciento del PIB.
3. Contempla un crecimiento importante en el gasto por 11.6 por ciento real respecto al aprobado para 2022, lo que difícilmente puede considerarse austero.
4. Asigna más recursos a los programas y proyectos prioritarios emblemáticos y que tienen una dudosa rentabilidad financiera y social, así como a subsidios del gasto corriente en detrimento de otros renglones importantes como la mejor provisión de servicios públicos esenciales.
5. Se recurre a un mayor endeudamiento.