La inflación en México se desaceleró en octubre y reportó su primera moderación en los últimos cinco meses, pero el incremento en los precios de las mercancías alimenticias sigue al alza, presionando al índice subyacente, que sumó 23 meses consecutivos acelerándose.
De hecho, el componente subyacente se colocó por encima del índice general y en su mayor nivel desde el 2000, lo que mantiene el sesgo de las presiones inflacionarias al alza y es el principal foco de preocupación para los analistas.
El INEGI informó que el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) registró una variación anual de 8.41 por ciento en el décimo mes del año, por debajo del 8.70 por ciento del mes previo.
El índice subyacente ‘brincó’ a 8.42 por ciento a tasa anual, desde el 8.28 por ciento de septiembre. En este rubro destacó el alza de 13.95 por ciento en los precios de los alimentos y bebidas, la mayor cifra desde noviembre de 1999. En tanto, la balanza no subyacente se situó en 8.36 por ciento a tasa anual, su variación más baja desde agosto del año pasado.
En su comparación mensual, el INPC avanzó 0.57 por ciento, su variación más baja desde mayo de este año.
Subyacente seguirá al alza
Alejandro Saldaña, economista en jefe de Grupo Financiero Ve por Más, destacó que las buenas noticias en la inflación solo fueron en el encabezado, ya que en los detalles los resultados no fueron tan positivos, ante el avance del índice subyacente y que se espera, siga bajo presión.
“La tendencia de la inflación subyacente va a seguir siendo un tanto desfavorable, y creemos que hay algunos elementos que van a hacer que mantenga algo de presión”, dijo a El Financiero Bloomberg.
Explicó que tener una inflación elevada por un largo periodo comienza a afectar las expectativas de precios, la determinación de las rentas, los incrementos en los salarios, y todo esto va a repercutir en la inflación, y sobre todo en la subyacente. “El panorama es una inflación renuente a disminuir, aunque el índice general vaya moderándose en las próximas lecturas”.
Jorge Sánchez, economista sénior de Casa de Bolsa Finamex, indicó que si bien las cifras de inflación sorprendieron positivamente, nuevamente la mayor parte de dicha sorpresa fue impulsada por el componente no subyacente.
“La inflación anual mensual registró una disminución importante, pero aún es prematuro concluir que ya se está registrando una tendencia a la baja, toda vez que la inflación subyacente continuó con una tendencia alcista”, agregó.
Marcos Daniel Arias, economista de Grupo Financiero Monex, consideró que la posición del ciclo inflacionario aún es de vulnerabilidad y, aunque de manera inmediata, la inflación general podría tener otro descenso significativo en noviembre, los riesgos para diciembre y el primer trimestre de 2023 siguen inclinados al alza.
“Más allá del descenso en términos generales, el reporte elaborado por el INEGI sigue abonando a la preocupación, pues en lo que concierne al componente subyacente las cifras son muy incómodas”, abundó.
Mayor impacto por alimentos
Los precios de las mercancías alimenticias rozaron el 14 por ciento en octubre, a tasa anual, siendo el rubro que ha tenido mayor impacto en la inflación.
De acuerdo con el reporte del INEGI, las mercancías alimentarias contribuyeron con 2.94 puntos en la inflación anual, que representa un 35 por ciento del total de incremento del INPC.
Lo mismo ocurrió con la inflación mensual, ya que también fue la que más contribuyó, con una alza de 1.03 por ciento, con lo que tuvo una incidencia de 0.23 puntos, el 40 por ciento, de la inflación de 0.57 por ciento.
Lo anterior, consideró Arias, evidencia las dificultades que han tenido las estrategias del gobierno para evitar los incrementos de precios en los productos de la canasta básica.