El Fondo Monetario Internacional (FMI) aprobó en términos generales el marco macroeconómico de México, pero advirtió que ve algunas áreas de debilidad relacionadas con el crimen y la corrupción, al mismo tiempo que prevé que el PIB no crecerá más allá del 2.1 por ciento en el mediano y plazo, por lo que la captación de impuestos se estancará y la deuda pública crecerá.
“Hay algunas áreas de debilidad, incluso relacionadas con el crimen, la corrupción y el Estado de derecho”, enfatizó en la evaluación que hizo de la economía mexicana bajo el artículo IV de la legislación del organismo.
“Las preocupaciones más amplias se relacionan con los cambios de reforma que han llevado a una mayor incertidumbre política y un deterioro de la inversión, junto con una percepción de erosión de la independencia y la calidad de la regulación”, recalcó el organismo.
En sus proyecciones de mediano plazo del país, prevé que la captación de impuestos en México se estancará en 14.1 por ciento del PIB en los próximos tres años, de 2023 a 2026, mientras que en 2027 se ubicaría en 14.2 por ciento del producto.
De la misma manera, proyectó que el avance del PIB permanecerá por debajo del crecimiento potencial del país, ya que luego de desacelerarse a 1.2 por ciento en 2023, crecería 1.8 por ciento en 2024 y para luego estancarse en 2.1 por ciento entre 2025 y 2027.
El FMI prevé que la deuda pública como porcentaje del PIB crecerá de 57.7 por ciento en 2023 a 58.2 por ciento en 2024, 58.6 en 2025 para remontar a 59.3 por ciento en 2027.
Espera que la relación deuda pública/PIB disminuya en 2022 con la recuperación económica, después de la recesión por la pandemia en 2020 y la apreciación del peso.
“Más allá de 2023, el crecimiento tendencial relativamente bajo de México, en términos reales y nominales, y una tasa de interés promedio relativamente alta de la deuda pública significan que la dinámica de porcentaje y crecimiento no contribuirá a reducir el índice de deuda pública en el mediano plazo”, alertó.
Riesgo de crisis sexenal
De acuerdo con analistas, las 8 calificadoras que mantienen el grado de inversión a México, además del FMI que le acaba de ratificar la Línea de Crédito Flexible al país, reflejan que por el momento la economía mantiene una fachada aceptable en sus finanzas públicas y en general en su marco macroeconómico, pero esto de ninguna manera significa que no pueda haber una crisis de fin de sexenio.
“Yo no diría que están anticipando que no habrá problemas en 2024, sino que más bien no tienen elementos actualmente para mover la calificación o cambiar la Línea de Crédito Flexible”, sostuvo el economista Mario Correa. “Las finanzas públicas por el momento tienen una fachada aceptable, pero se están debilitando en su estructura interna y en sus cimientos, por lo que la transición sexenal podría no ser tan tersa como las anteriores”, recalcó.
Janneth Quiroz Zamora, subdirectora de análisis económico de Grupo Financiero Monex, expuso que en los últimos días se han tenido buenas noticias y de alguna manera un reconocimiento internacional sobre el estado de la economía en México, “aunque evidentemente como bien lo señala Fitch, no deja de haber algunos riesgos”.
Correa enfatizó que no se puede descartar algún posible sobresalto de fin de sexenio en el tipo de cambio, salida de capitales o algún desequilibrio fiscal.
El viernes Fitch ratificó la calificación ‘BBB-’ a México, con lo que suman 8 calificadoras que mantienen el grado de inversión al país, en tanto el jueves el FMI le confirmó la Línea de Crédito Flexible por un año más.
“Dichos eventos, no pueden llevarnos a descartar el peligro de una crisis de fin de sexenio, ya que estos organismos son reactivos por naturaleza, en el sentido de que mientras no haya evidencia de problemas no cambian su postura”, reiteró Correa.
Fitch advirtió que entre los factores que pueden llevar a un deterioro en la calificación del país, podría estar una marcada trayectoria ascendente en la relación deuda bruta del gobierno general/PIB, por ejemplo, debido al deterioro fiscal o un crecimiento económico más débil.
Otro riesgo estriba en un deterioro en la gobernabilidad, que resulta en inestabilidad política o que impacte en el clima de negocios. También un peligro para la nota crediticia es un debilitamiento en la consistencia y credibilidad del marco de política macroeconómica.