Debido a una recuperación en el sector servicios y de las cadenas de proveeduría, la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) mejoró sus estimados sobre el PIB de México a 2.5 por ciento en 2022, comparado con el 2.1 por ciento previsto en septiembre pasado; sin embargo, debido a la desaceleración económica de Estados Unidos, habrá un debilitamiento en 2023 con un repunte del PIB de 1.6 por ciento y hacia el 2024 recuperarse en 2.1 por ciento.
Sin embargo, la inflación continuará bajo presión y también se ajustó al alza el estimado de esta variable para el cierre del 2023 a 5.7 por ciento comparado con 4.9 por ciento previsto en septiembre y hacia el 2024 se logrará controlar dentro del objetivo del banco central al estimarse en 3.3 por ciento.
“Para anclar las expectativas de inflación el banco central ha aumentado gradualmente la tasa de política al 10 por ciento y dado que se espera que persistan las presiones generalizadas sobre los precios, se justifican más aumentos de las tasas de interés”, señala el informe sobre México dentro de las Perspectivas Económicas de la OCDE publicadas este martes.
El consumo interno como motor clave y los servicios relacionados con el turismo en recuperación gradual; las exportaciones seguirán beneficiándose de la alta integración en las cadenas globales de valor, pero su dinamismo se verá mitigado por la desaceleración en Estados Unidos.
La integración de las cadenas de valor manufactureras continuará beneficiando a las exportaciones particularmente en los sectores de la electrónica y la automoción, pero sufrirán un crecimiento más lento en los principales socios comerciales, argumenta la OCDE sobre sus proyecciones.
Clave, impulsar la productividad en México
Autoridades y reguladores de la competencia independientes y adecuadamente financiados contribuirían a impulsar la competencia y la productividad en el país, recomienda la OCDE, así como ampliar la base impositiva para responder a las crecientes necesidades de gasto en educación, salud e infraestructura, a salvaguardar el compromiso con la sostenibilidad de la deuda y a impulsar la productividad y el crecimiento.
Reducir el costo regulatorio de formalizar un negocio, particularmente a nivel subnacional, y continuar mejorando los mecanismos de resolución de disputas laborales apoyaría un empleo formal más sólido.
Fomentar el transporte público urbano e interurbano y las energías renovables reduciría las emisiones y el uso de combustibles fósiles y mejorar el acceso y la calidad del cuidado infantil apoyaría la participación femenina en la fuerza laboral y reduciría las desigualdades educativas.