La partida de la tradicional Rosca de Reyes es una oportunidad para la recuperación de la industria panificadora con la expectativa de alcanzar una derrama económica de 3 mil millones de pesos, cifra con la que se regresaría al nivel de ventas previo a la pandemia de COVID, dijo Diana Silva, directora general de la Cámara Nacional de la Industria Panificadora y Similares de México (Canainpa).
“Aunque no esperamos un aumento significativo respecto al 2022, sí que este año, al caer la fecha (Día de Reyes) en fin de semana y que las personas ya se reúnen con normalidad, regresemos a cifras pre pandemia”, dijo a El Financiero.
Tras alzas en los precios de sus insumos de entre 5 hasta el 40 por ciento en el último año, la respuesta de los industriales de la panificación ha sido la de ajustar sus precios según las necesidades específicas que sí se ha traducido en un aumento en el precio final del producto, reconoció la directora.
“Sin embargo, la gran mayoría lo ha hecho en un promedio de las variaciones de los insumos”, aclaró.
A diferencia de hace un año, cuando permanecían restricciones en el aforo en establecimientos y lugares cerrados por los contagios de COVID, este año se retonrnó a la normalidad en las actividades por lo que la expectativa es que la partida de la rosca se retome en centros de trabajo, así como en reuniones familiares y de amigos.
La expectativa de una recuperación en la demanda es la que mantiene la Canainpa para el 2023, por lo menos a niveles anteriores a la crisis sanitaria que inicio en marzo de 2020.
En cuanto a las fluctuaciones en los precios de los insumos de la industria para realizar las roscas de reyes, cómo son cereales, trigo, mantequillas, aceites, gas, entre otros, se espera que se mantengan altos comparado con antes de la pandemia, pero con una tendencia a la baja.
“Además de las variaciones en materias primas y de la crisis económica por la que atraviesa el país, uno de los mayores retos que tenemos como sector es el desmitificar el consumo de pan como algo nocivo para la salud y, en lugar de ello, educar y crear una cultura de consumo responsable y movimiento para estar en un balance saludable”, puntualizó Diana Silva.