El 92 por ciento de los equipos instalados en estaciones meteorológicas, radioayudas y otros sistemas utilizados por Servicios a la Navegación en el Espacio Aéreo Mexicano (Seneam), dependencia encargada, hasta ahora, de monitorear las operaciones aéreas en el país, son obsoletos, además de que, al menos la mitad de ellos, rebasó su vida útil hace un par de años, revela la Auditoría Superior de la Federación (ASF) en su revisión a la cuenta pública del 2021.
Es decir, 180 de las 195 instalaciones que deberían permitir el correcto monitoreo de los vuelos que se realizan en el espacio aéreo nacional tienen problemas en su funcionamiento o son demasiado antiguos como para garantizar que la seguridad de las operaciones pueda garantizarse.
La Auditoría descubrió que las estaciones meteorológicas automáticas, los sistemas radar PSR/MSSR (PSR Radar primario de vigilancia/Radar de Vigilancia Secundario Monopulso), la infraestructura de radioayudas VOR-DME (Radiofaros Omnidireccionales de muy Alta Frecuencia- Equipos Medidores de Distancia), y la infraestructura de radioayudas ILS (Sistemas de Aterrizaje por Instrumentos) no funcionan correctamente.
Además, en 2021 Seneam tuvo problemas en las labores de mantenimiento a los equipos. Además de estar 0.3 puntos porcentuales debajo de la meta prevista para ese periodo, la dependencia dejó de realizar 995 mantenimientos necesarios en la infraestructura de por sí obsoleta.
La Auditoría también dio a conocer que, en 2021, el índice de incidentes aeronáuticos imputados al Seneam tuvo un resultado de 0.80 por cada 100 mil operaciones, un número mayor en cuatro incidentes a los 12 establecidos como parámetro.
En ese sentido, el Seneam explicó que el aumento en el número de incidentes se originó debido al crecimiento de operaciones aéreas y a la “falta de experiencia en el uso de nuevos procedimientos por parte de los controladores y pilotos”, que se produjo con el rediseño del espacio aéreo.
El Seneam no sólo tiene problemas en su infraestructura, sino que, el 80 por ciento de sus sistemas críticos de ciberseguridad muestran “carencias que ponen en riesgo la integridad, disponibilidad y confidencialidad de los activos de información” que sirven para establecer las rutas aéreas en el país. Otra de las deficiencias halladas por la auditoría tiene que ver con la carga de trabajo y el número de controladores de tránsito aéreo disponibles en el país.
Para el 2021, Seneam contaba con mil 125 plazas para cubrir funciones de control de tránsito aéreo, de los cuales el 10 por ciento estaba vacante, es decir, faltaban 111 controladores para cubrir los puestos, hasta ese momento, autorizados. En ese momento, la dependencia no tenía ni siquiera un mecanismo para determinar el número de controladores necesarios para atender las operaciones en el país, aunque, más tarde, detalla la Auditoría, presentó un manual que le permitió establecer cuántos controladores eran necesarios.
Seneam pidió a la Secretaría de Hacienda la creación de 172 plazas de carácter permanente, de las cuales, sólo se autorizaron 118, es decir, continuaron siendo insuficientes.
Pero el número de controladores no sólo es menor al que se necesita de acuerdo al nuevo manual, sino que casi el 30 por ciento de ellos no contó con las licencias vigentes, pues tenían pendiente el envío de documentación para actualizar sus permisos.
Dado que el número de controladores aéreos no es el que debería, dichos técnicos tienen una mayor carga de trabajo y, por tanto, la fatiga en este tipo de empleo aumenta, elevando los niveles de estrés y la posibilidad de un error humano en las operaciones.
Pero el Seneam ni siquiera tiene un mecanismo para establecer la cantidad mínima y máxima de carga de trabajo de los CTA, una situación que ya había sido denunciada por el Sindicato Nacional de Controladores de Tránsito Aéreo (Sinacta).
José Covarrubias dijo, en una entrevista reciente con EL FINANCIERO, que al país le faltan, por lo menos, 500 controladores aéreos para poder cubrir, con seguridad y eficiencia, los requerimientos de la aviación nacional, además que denunció que los salarios de los técnicos no han sido aumentados conforme a los estándares de la industria aérea mundial.
Por si fuera poco, además del personal insuficiente en número, la capitación a la que son sometidos los responsables del control aéreo estuvo por debajo de la meta en 2021, cuando se dejaron de impartir 335 cursos, es decir, el 64.4 por ciento, todos ellos relacionados con las necesidades de los trabajadores para un mejor desarrollo de sus labores.