El Banco Inmobiliario Mexicano (BIM) tiene entre sus planes diversificar su portafolio de productos para no solo atender proyectos del sector vivienda, pero sin descuidar su mercado original. A la par, avanza a pasos cautos, pero firmes, en la integración de los criterios Ambientales, Sociales y de Gobernanza (ASG) entre sus clientes.
Rodrigo Padilla, director general de la institución, confirmó que tienen contemplado, en el mediano plazo, incursionar en nuevos modelos de negocio. Si bien aún analizan cuál será el segmento, tienen muy bien definido que debe estar dentro de su campo de experiencia: el crédito y que sea comercial.
”Nosotros estamos analizando negocios que tengan que ver con la actividad inmobiliaria, que tengan que ver con el financiamiento de proyectos específicos, porque el know-how de la institución está por ahí. Si yo me pongo a inventar ‘el hilo negro’ o a querer ser completamente disruptivo, voy a estar fuera de mis capacidades actuales”, explicó en entrevista con El Financiero en el marco de la 86 Convención Bancaria.
Agregó que los nuevos créditos que ofrezcan a futuro podrían tener el objetivo de financiar proyectos puntuales. “Nuestro foco más importante es que hoy en día estamos mucho en vivienda, quisiéramos hacer más cosas en inmobiliario que es la vocación de la institución”, abundó.
El banco especializado en financiar a la industria de la construcción en el país busca estos cambios por la propia necesidad de diversificar portafolios más que por la entrada de bancos en el segmento que atienden desde hace más de 10 años. Para asistir a los desarrolladores, remarcó que es necesario avalar su experiencia y ubicar muy bien la zona con potencial, algo que se puede inferir a través del empleo en la región.
Productos ASG
Comprometidos en la adopción de los criterios ASG, Padilla señaló que han sido uno de los principales impulsores del programa de vivienda sustentable “EcoCasa” de la Sociedad Hipotecaria Federal (SHF), pero también trabajan en definir sus propios parámetros al respecto y abarcar a más constructores.
”Está dentro de nuestro programa ir migrando nuestra cartera, de que sea un financiamiento a la vivienda a, con los años, en el mediano plazo; ser financiamiento a la vivienda y además debe tener un objetivo de sustentabilidad. Este camino lo tenemos que recorrer de la mano de nuestros clientes”.
Sostuvo que estos temas los llevan con expertos dentro de BIM, pero también con terceros con conocimientos en la materia. Enfatizó que no es un trabajo de solo un año, sino que se debe planear en el largo plazo, pues saben que si la transformación la hacen ellos y no los desarrolladores, se dejaría un ‘vacío’ en cumplir el objetivo de permear en la industria.
La meta del Banco Inmobiliario Mexicano en este sentido es llevar la construcción de vivienda hacia certificaciones y estándares que ya existen. Para lograrlo, analizan en qué tipo de casas y las localidades en las que haría sentido ingresar para no imponer restricciones desde la institución.
”Primero, vamos a tratar de llevarlo más a una señalización que a una exclusión (del financiamiento), pero en el mediano plazo sí tendrá que ir hacia una exclusión. Creemos más en el trabajo de generar conciencia que en el generar el choque como camino hacia lograr este objetivo. Tenemos muchos años en este sector y eso nos ha permitido dialogar y no ser un monólogo desde la institución financiera de cuál es el camino correcto para llegar a estas metas”, resaltó.
Ventajas de ser una institución especializada
Después de pasar la pandemia de COVID-19, el director general de BIM reconoció que es un gran reto ser una institución bancaria especializada; no obstante, han sacado ventaja de esta característica e incluso les ha ayudado que el sector no se comporta de la misma forma en todo el país, es decir, cada región tiene sus propias altas y bajas en diferentes momentos.
Bajo este contexto, expuso que su principal reto fue estar suficientemente involucrado para entender en qué etapa va cada mercado, mismo que es cambiante, pues el diagnóstico de hace unos meses no es el mismo al que se ve actualmente y así hacia delante. La no generalización de su nicho sería la diferencia frente a otros bancos con especialización en segmentos como el automotriz.
Recordó que en 2020 la colocación de BIM cayó 33 por ciento por la crisis sanitaria, pero los ayudó su experiencia en el negocio fiduciario como una fuente de diversificación de ingresos. “En la pandemia se demostró que el portafolio, que todavía no es megadiverso, ya empieza a serlo. Estabilizó los ingresos del banco y nos ayudó a transitar esa época”.
Por último, reafirmó su objetivo de “seguir ampliando los negocios inmobiliarios que hacemos, porque vemos que, con independencia de que tiene mucho más potencial de lo que está viendo hoy México, la relocalización de producción puede representar oportunidades para otros negocios en lo inmobiliario, que es lo que nosotros sabemos hacer”.