La compra de México de plantas eléctricas de Iberdrola, la mayor compañía eléctrica de España, es un 30 por ciento más barato que construirlas desde cero, aseguró el presidente Andrés Manuel López Obrador.
“En términos de mercado, lo que se logró es una disminución del 30 por ciento en el precio a si nosotros hubiéramos construido las plantas, aún considerando su antigüedad”, dijo AMLO este martes, durante su conferencia de prensa matutina.
“Si nos hubiéramos propuesto construir estas 13 plantas, nos llevaría 10 años, y el plazo terminaría con la Comisión Federal de Electricidad (CFE) quedando como una empresa minoritaria”, explicó el mandatario.
Además, aseguró que la producción energética nacional alcanzará el 65 por ciento el próximo año, gracias a la compra de las 13 plantas de Iberdrola.
“Hoy, con la operación que llevamos a cabo, ese 39 [por ciento de producción energética nacional] se convierte en 55, por eso hablo de nacionalización y con lo que estamos haciendo para el año próximo calculamos que vamos a tener, aún con la antigüedad de algunas plantas, vamos a llegar al 65 por ciento en toda la generación de energía eléctrica”, adelantó.
De acuerdo con López Obrador, la inversión se recuperará en máximo 10 años y con esto se garantiza que no falte energía eléctrica en el país.
Gobierno de México acuerda compra de plantas de Iberdrola
El pasado 4 de abril, Iberdrola México y Mexico Infrastructure Partners (MIP) anunciaron que llegaron a un acuerdo de intenciones por el que el fideicomiso liderado y gestionado por MIP adquirirá 8.539 MW de capacidad instalada cuyo valor asciende a un aproximado de 6 mil millones de dólares.
En concreto, Iberdrola detalló que las plantas incluidas en el acuerdo serán de ciclos combinados de gas, que operan bajo régimen de Productores Independientes de Energía contratados con la CFE.
López Obrador presumió en redes sociales que las plantas formarán parte del “patrimonio nacional” y serán operadas por la CFE.
El acuerdo anunciado la semana pasada otorga a la CFE más del 55 por ciento del mercado eléctrico mexicano, avanzando en el objetivo de AMLO de poner el sector energético bajo control estatal.
También le permite proclamarse vencedor frente a Iberdrola, a la que ha acusado durante mucho tiempo de corrupción. La firma española había enfrentado dificultades para obtener permisos y renovaciones de contratos, y enfrentaba problemas de suministro con CFE.