Durante 2022, las aseguradoras pagaron 2 mil 181 millones de pesos por daños hidrometeorológicos, lo que sería igual a 6 millones de pesos diarios en promedio, dio a conocer la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS).
En conferencia de prensa, Norma Alicia Rosas, directora general de la AMIS, señaló que el 2022 “fue un año tranquilo” en cuestión de lluvias, huracanes, nevadas, inundaciones o incluso sequías, por lo que año contra año bajaron 52 por ciento las indemnizaciones; sin embargo, para este 2023 las autoridades prevén un aumento de 30 por ciento en la incidencia de huracanes y tormentas.
“De los hogares únicamente 6.5 por ciento tiene un seguro voluntario. Si consideramos las casas habitación que tienen un crédito hipotecario, la cifra sube a 19 por ciento. Con eso te das cuenta de la gran cantidad de casas que están desprotegidos. Estos seguros nos ayudan a prepararnos para enfrentar los gastos extras o no previstos para reparar los daños”, argumentó la directiva.
El 41 por ciento del total de pérdidas en este segmento corresponde a ciclones tropicales, seguido de inundaciones, con 22 por ciento de participación; y daños por lluvia, con 19 por ciento.
Los 17 estados costeros del país concentran 48 por ciento de las pérdidas por riesgos hidrometeorológicos; aunque su zona geográfica sea distinta, la Ciudad de México, Nuevo León, Coahuila y Guanajuato también tienen participación, de acuerdo con datos de la AMIS.
De las entidades costeras, los giros más afectados son oficinas, con 24.3 por ciento del impacto en daños; fábricas, con 21 por ciento; viviendas, con 19.7 por ciento; hoteles, con 11.6 por ciento; y almacenes, con 9.9 por ciento.
Finalmente, la AMIS indicó que de las 10 catástrofes más caras para las aseguradoras seis corresponden a catástrofes hidrometeorológicas. Solo el Huracán Wilma (2005) costó dos mil 675 millones de dólares, lo que es igual a 77 por ciento del total que pagaron por la pandemia de Covid-19 en casi tres años de atención.