En México hay más de 10 millones de personas en la población disponible para trabajar sin cubrir una vacante. De dicha cifra, 70 por ciento corresponde a mujeres, quienes en su mayoría se enfocan en quehaceres domésticos y consideran que sus oportunidades de encontrar un empleo que se adapte a su vida familiar son bajas, afirmó el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).
En relación con la demanda de capital humano empresarial, José Medina Mora, presidente de Coparmex aseguró que empresas de Jalisco reportan los mayores índices de insuficiencia de personal con 88 por ciento, seguido de Quintana Roo y Baja California Sur, con 86 por ciento en ambos casos.
En contraste, la mayor oportunidad dentro del mercado laboral recae en estados como Veracruz, Sinaloa y Guanajuato. En ese sentido Ana Bertha Gutiérrez, coordinadora del Mercado Laboral y Comercio Exterior del IMCO, afirmó que esto origina una migración interestatal, al verse los empleados “en la necesidad de buscar oportunidades fuera de sus entidades que se adapten a sus necesidades, expectativas y habilidades”.
¿Cuáles son las industrias con mayor desaprovechamiento en México?
Dentro de las industrias con mayores índices de desaprovechamiento de gestión de capital humano se encuentran la manufacturera y de comercio al por mayor, con 85 y 82 por ciento, respectivamente.
El sector de generación y distribución de energía (eléctrica, agua y gas) y las actividades agropecuarias encabezan la lista de insuficiencia de personal en México.
Gutiérrez apuntó que respecto a la oferta laboral actual en el país, “hay una falta de ajuste en términos monetarios y de flexibilidad laboral”.
“El problema tiene muchas cabezas, tiene que ver con universidades, el Gobierno y con instituciones de la sociedad civil”, aseveró Héctor Márquez, presidente de la Comisión Nacional de Capital Humano y Obligaciones de Seguridad Social de Coparmex, además de resaltar a la falta de experiencia laboral como una de las principales limitantes en la contratación de personal.
Márquez instó a universidades mexicanas a impulsar la preparación de sus estudiantes por medio de cambios en planes de estudios que mezclen equitativamente la teoría con la práctica y que representen una mayor preparación para la población que eventualmente entrará al mercado laboral.