Los habitantes de Oaxaca, Chiapas y Guerrero son los que sufrieron un mayor deterioro en el acceso a los servicios de salud en los últimos años. También son las entidades con mayores niveles de pobreza, incluida la pobreza extrema, donde más de 20 por ciento de la población se encuentra en esta situación y además detentan los mayores registros en otras carencias sociales, como rezago educativo y seguridad social, según los registros del Coneval.
A nivel nacional el 39.1 por ciento de la población registró una carencia por acceso a servicios de salud en 2022, más del doble que el 16.2 por ciento de 2018, lo que implicó un incremento de 30.3 millones de personas.
Sin embargo, esta cifra se cuadruplicó en Oaxaca, donde se disparó de 16.3 a 65.7 por ciento en el mismo periodo.
En Chiapas, la cifra subió de 17.6 a 66.1 y en Guerrero de 13.8 a 52.7, más de tres veces más. Otras entidades con mayor deterioro fueron Hidalgo, Veracruz y Tabasco.
Por el contrario, los menores incrementos se reportaron en Coahuila, Baja California Sur, Ciudad de México, Nuevo León y Chihuahua.
Perpetúa pobreza
La directora general de México, ¿Cómo Vamos?, Sofía Ramírez, dijo de las seis carencias que evalúa el Coneval, se debe poner un gran énfasis es en el sector salud porque hay enfermedades que suelen ser onerosas y llegar a ser un “gasto catastrófico”.
“Te vas a endeudar, vas a vender tus activos, vas a desfondarte, vas a dejar de gastar en sectores importantes por cubrir un gasto inmediato, eso no solo perpetúa la pobreza, sino que te mete en un problema donde empezamos a ver mayores índices de mortalidad”, advirtió.
En este sentido, el profesor de Economía de la UNAM, Román Moreno, explicó que, frente a una dificultad por salud, las personas en condición de pobreza de los estados más pobres absorben entre el 30 y el 50 por ciento de sus ingresos volviéndolos más vulnerables.
“Significa mayor desigualdad debido a que tienen que reducir su gasto… Además, el otro asunto es el riesgo que significa que acudan a servicios médicos vinculados a farmacias en donde existe poca regulación del personal que atiende y en los medicamentos que recetan”, precisó.
Ven focos rojos
Irasema Dagnini, analista económico, señaló que, si los estados económicamente más pobres además tienen dificultad para tener acceso a los servicios de salud, significa que hay una mala distribución de los recursos y que también representa un mayor gasto para cubrir esas necesidades.
“El hecho de que estas familias tengan que realizar un desembolso para cubrir las necesidades de salud, si tienen bajos recursos monetarios tendrán que reducir el consumo de la canasta básica de alimentos y eso para las personas en niveles de pobreza quizá los lleve a una situación de pobreza extrema”, dijo.
Aseguró que el gobierno debe revisar cómo se están administrando los recursos y que será un reto para la siguiente administración. “Deben tener un foco rojo en atender estas zonas más vulnerables, tratando de mejorar las políticas públicas para que se reactive la economía y permita que se generen los recursos para mejorar los servicios de salud”.
Panorama poco alentador
A nivel general se observó que la pobreza multidimensional se redujo en 5.1 millones de personas, pero la extrema aumentó en cerca de 400 mil de 2018 a 2022, y esta última posiblemente no se reduzca en los próximos años, estimó el catedrático de la UAM-Azcapotzalco, Miguel Barrios.
Explicó que en la actual coyuntura internacional con asuntos como el de Rusia-Ucrania, podría provocar nuevamente cierta volatilidad en los precios de alimentos y derivar en un carácter más estructural en la pobreza extrema. “Cuando suban los precios de los alimentos ahí es donde nos pega directamente, tenemos un problema de dependencia alimentaria y eso es un carácter importante en la determinación de la pobreza extrema”, sostuvo.
A nivel nacional, el 7.1 por ciento de la población se encuentra en pobreza extrema y en Chiapas es de 28.2 por ciento; en Guerrero, 22.2 por ciento y en Oaxaca, 20.2 por ciento, según datos del Coneval.