El proceso del panel de solución de controversias por el tema del maíz transgénico se verá envuelto en un panorama político delicado, con implicaciones que podrían influir en las relaciones bilaterales entre México y Estados Unidos.
Según Juan Carlos Baker, socio fundador de Ansley Consultores, la proximidad de esta determinación con las elecciones venideras en ambos países añade un componente político significativo a la controversia.
Desde su punto de vista, la intersección entre la decisión sobre el maíz transgénico y las elecciones tanto en México como en Estados Unidos es innegable. Además, la resolución de esta cuestión en Estados Unidos tiene el potencial de convertirse en un factor político crucial, dada la importancia de los estados productores de maíz en el ámbito político estadounidense, como Kansas, Iowa, Nebraska y Ohio.
La decisión del panel sobre el tema del maíz transgénico está programada para tomarse antes de las elecciones en México, y coincidirá con un año político clave en Estados Unidos. Esta sincronización podría complicar aún más la situación, ya que los estados que concentran las exportaciones de maíz hacia México son también entidades que históricamente tienen un peso político relevante.
“El potencial de que se compliquen por razones políticas siempre va a existir lo cual solamente hace más necesario que desde la parte técnica, desde la parte legal, se llegue a una solución sólida”, señaló.
Baker enfatizó que el procedimiento de discusión, de argumentación y de decisión de este caso tiene que ser muy sólido para que no haya ningún tipo de posibilidad de que la política complique más un tema que es profundamente polémico.
Sin mezclar
Turenna Ramírez Ortiz, socia de Comercio Internacional y Aduanas de Holland & Knight, subrayó la importancia de separar la agenda política de los principios fundamentales de respeto al Estado de derecho y seguridad jurídica, así como la protección de las inversiones generadas en la región bajo el amparo de tratados de libre comercio.
“Desde mi perspectiva, de la agenda política y de los cambios electorales que puedan afectar tanto en México como en Estados Unidos, como el caso, por ejemplo de la migración, es un tema total y absolutamente diferente que nada tiene que ver con el respeto y cumplimiento de los principios internacionales”, aseguró.
Ramírez Ortiz enfatizó que es esencial que la agenda política no socave los principios fundamentales de respeto al Estado de derecho y seguridad jurídica, así como las inversiones realizadas en la región en virtud de tratados de libre comercio, que tienen un estatus equiparable a la Constitución en términos de su jerarquía legal.
La socia líder de Holland & Knight destacó que casos como el de maíz, la energía y el sector eléctrico tienen un impacto profundo no solo desde una perspectiva jurídica, sino también desde un punto de vista económico, comercial y político en las relaciones entre México y EU.
Daños colaterales
Samantha Atayde, socia de la firma RRH Consultores, destacó que el informe del panel podría tener ramificaciones significativas en otros aspectos cruciales para ambas naciones.
Aseguró que atender el informe resultante del panel de controversias va más allá de su implicación directa en el tema del maíz transgénico, ya que se trata de un tema sumamente delicado para ambas partes que podría repercutir en otros asuntos de la agenda bilateral.
Según el cronograma, el informe del panel debería hacerse público en el primer trimestre de 2024, si no se extienden los plazos. Atayde señaló que un resultado desfavorable para México podría tener implicaciones profundas, particularmente en los compromisos de campaña de la administración actual.
“En un escenario de un informe desfavorable, a México lo obligaría a cumplir con el T-MEC en un tema que estuvo en los compromisos de campaña de la actual administración. El no cumplimiento le daría a EU el derecho a retaliar e imponer aranceles en productos mexicanos cuyo primer mercado de exportación es ese país”, dijo la experta.