La inversión productiva en México se aceleró en junio y se ubicó en niveles históricos, ante el repunte en la construcción, particularmente en la no residencial, el más significativo desde 1996, impulsada por las obras insignia del gobierno, al mismo tiempo que se disparó el gasto en maquinaria y equipo.
El INEGI informó que el Indicador Mensual de la Formación Bruta de Capital Fijo (FBCF) creció 28.6 por ciento a tasa anual, su mayor avance desde mayo de 2021. El índice se ubicó en las 116.8 unidades, un nivel récord y se situó 30.6 por ciento por arriba del nivel reportado antes de la pandemia.
En maquinaria y equipo el gasto de las empresas creció 20.1 por ciento anual, con 7.7 por ciento en la de origen nacional y 28 por ciento en la de origen importado.
En construcción, la inversión reportó un crecimiento de 36.9 por ciento, la mayor cifra desde abril de 2021. En el segmento residencial el avance fue de apenas 0.8 por ciento anual, mientras que en el no residencial el alza fue de 70.3 por ciento, la mayor en casi 27 años.
James Salazar, subdirector de análisis en CI Banco, señaló a El Financiero Bloomberg, que la mejoría está relacionada básicamente con la inversión pública en obras de infraestructura, en gran medida por los proyectos insignia del actual gobierno, y por el gasto en maquinaria y equipo de origen importado, aprovechando la apreciación del peso mexicano, y por el nearshoring, ya que muchas empresas se están adelantando a la posibilidad de una mayor demanda de todo tipo de bienes y servicios.
“Sin considerar el rebote que se dio al término de la pandemia, la inversión ha tenido su mejor desempeño en 26 años. El comportamiento ha venido favorecido por el incremento en el gasto de construcción para culminar con los proyectos prioritarios de la administración federal y por las facilidades que la apreciación del tipo de cambio brinda a las empresas que adquieren equipo del extranjero”, coincidió Marcos Arias, analista de Monex.
El catedrático del ITAM, Víctor Gómez Ayala, dijo que finalmente se está observando una recuperación sostenida en la construcción, que se había mantenido rezagada y resaltó que las fuentes de crecimiento son tanto del sector público como el privado.
Detalló que en la parte del sector privado la inversión es alentada por el nearshoring y el desarrollo de nueva capacidad productiva, mientras que en construcción destacan las obras del sector público, como el Corredor Interoceánico del Istmo, Tren Maya y la refinería en Dos Bocas.
Espacio para crecer
Analistas de Banorte prevén que la inversión tiene espacio para seguir creciendo, ante proyectos que continuarán impulsando ese rubro, como el Tren Maya y las obras satélite, y el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec.
Salazar señaló que está la posibilidad de que la inversión sostenga un ritmo favorable en el resto del año e incluso a principios del 2024.
Indicó que los elementos que están detrás de la inversión, que tienen que ver con las obras de infraestructura, la expectativa del nearshoring, junto con un peso fuerte, generan expectativas de que el dinamismo se siga manteniendo. “Es muy factible que sigamos viendo números muy favorables en el resto del año”, dijo.
Motor económico
Arias señaló que la construcción y la importación de maquinaria y equipo seguirán siendo determinantes de peso al interior de la fórmula de crecimiento, por lo que el sesgo en el balance de riesgos de los pronósticos para el PIB seguirá inclinado al alza. Por el momento, agregó, mantienen en 2.9 por ciento al pronóstico para este año.
El profesor del Tec de Monterrey, Héctor Villarreal, consideró que la relocalización de empresas hacia México puede cambiar la dinámica de crecimiento económico hacia delante.
“Me parece que será una tendencia que valdrá la pena observar por dos o tres años, no me sorprendería que se volviera muy sólida”, dijo.
Añadió que el mejor panorama en la inversión llevará a mantener el consumo hacia delante, que se ha mostrado sólido en lo que va del presente año.