El consumo privado compensó el leve retroceso de mayo al anotar un crecimiento de 0.3 por ciento mensual en junio, impulsado por una mayor demanda de bienes importados, informó el INEGI.
La resiliencia del consumo por parte de los hogares se da en un contexto de una elevada inflación que ha cedido paulatinamente y las altas tasas de interés, las cuales continuarán por varios meses.
Al interior del Indicador Mensual de Consumo Privado (IMCP) se observó que en bienes importados se dio un incremento de 2.4 por ciento mensual en junio, con lo que ligó cuatro meses con avances por encima de 2.0 por ciento.
En contraste, el consumo de bienes y servicios de origen nacional cayó 0.1 por ciento, su segundo mes con datos negativos. En bienes el retroceso fue de 0.6 por ciento, contrario a un avance de 0.5 por ciento en el consumo de servicios.
Con el aumento del consumo, el IMCP se ubicó en 108.19 puntos, su nivel más alto desde 1993, año en que inician los registros; situación similar a la Inversión Fija Bruta de junio que también anotó su máximo histórico en el sexto mes del año.
“Continuamos esperando fortaleza de la demanda doméstica en el segundo semestre del 2023, con el consumo y la inversión como los motores clave para la expansión de la actividad económica”, indicaron analistas de Banorte.
Respecto a junio, pero del año pasado, el consumo privado creció 4.1 por ciento, desde el 3.9 por ciento de mayo, con los bienes importados avanzando 20.9 por ciento y los bienes y servicios nacionales apenas 0.9 por ciento.