La Inversión Fija Bruta inició la segunda mitad del año con un modesto crecimiento del orden de 0.5 por ciento mensual en julio, desde el 3.3 por ciento de junio, pero con la construcción siendo resiliente, de acuerdo con los datos publicados por el INEGI.
El dato de julio es el más débil desde que se contrajo en el mismo mes, pero de hace un año, según las cifras ajustadas por estacionalidad.
A pesar de la desaceleración el indicador llegó a 117.68 unidades, el nivel más alto desde 1993, año en que inician los registros de la Inversión Fija Bruta, “que se integra por los bienes utilizados en el proceso productivo de manera continua durante más de un año y que están sujetos a derechos de propiedad”.
“El indicador muestra cómo una parte del valor agregado bruto en la economía se invierte, en lugar de consumirse”, señala el Instituto.
Al interior del indicador, la inversión en construcción mostró un crecimiento de 1.9 por ciento mensual en julio, con menos fuerza que el 4.5 por ciento previo. Con la construcción no residencial avanzando 2.2 por ciento y la residencial, 1.2 por ciento.
Mientras que la inversión en maquinaria y equipo retrocedió 0.9 por ciento mensual en julio, su primer tropiezo desde marzo de este año, según el INEGI.
La contracción en maquinaria y equipo respondió a que en su componente importado cayó 3.7 por ciento mensual, su descenso más pronunciado desde mayo del 2020, al tiempo que la nacional creció 3.1 por ciento, su mejor lectura en siete meses.
A tasa anual, la Inversión Fija Bruta mostró un crecimiento de 29.5 por ciento, su alza más pronunciada desde mayo del 2021 y ligó 10 meses con alzas a doble dígito.