La inflación de México se aceleró por primera vez en meses a fines de septiembre, lo que ejerce presión sobre las autoridades monetarias para que sigan desafiando la tendencia regional de recortar las tasas de interés ante el complicado camino que tienen por delante.
Los precios al consumidor subieron un 4.47 por ciento en la segunda quincena del mes en comparación con el mismo período del año anterior, colocándose por encima del 4.44 por ciento de las dos primeras semanas de septiembre. De acuerdo con el informe del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), estos aumentaron 0.13 por ciento en la segunda quincena en relación con la primera.
El resultado fue ligeramente inferior a la mediana de las estimaciones de los economistas encuestados por Bloomberg de un 4.5 por ciento. La inflación quincenal no se había acelerado desde fines de abril y se estancó por última vez a fines de julio.
Aunque la inflación general disminuyó en septiembre al 4.45 por ciento, desde el 4.64 por ciento de agosto, la desaceleración se produjo a principios de mes y se revirtió ligeramente en las últimas dos semanas. Los costos escolares por lo general contribuyen a las presiones inflacionarias en esta época del año cuando los estudiantes regresan de vacaciones, mientras que los precios del combustible también fueron altos a fines del mes pasado.
El banco central, conocido como Banxico, podría tener unos meses complicados por delante. Según los economistas encuestados por Citibanamex la semana pasada, la inflación cerraría el año en un 4.7 por ciento, por encima de su lectura actual. Es probable que las tarifas invernales del combustible presionen los precios en los próximos meses, al igual que el peso si sigue debilitándose como se ha visto en las últimas semanas, dijo Gabriela Siller, directora de análisis económico de Grupo Financiero Base.
Según Siller, todo el mundo espera que el Banco de México no vuelva a subir las tasas de interés, pero cree que existe la posibilidad de un aumento más antes de fin de año, lo que daría un último tirón a la baja a la inflación. Asimismo, señala que el plan del Gobierno de un gran déficit presupuestario en 2024 probablemente impulsará los precios al alza el próximo año.
La inflación subyacente, que excluye artículos volátiles como combustible y alimentos, fue del 5.74 por ciento, frente al 5.78 por ciento registrado en el mismo período del año anterior.
Banxico mantuvo las tasas en un récord del 11.25 por ciento por cuarta reunión consecutiva el mes pasado y aumentó sus previsiones de inflación, lo que llevó a los economistas a pensar que no habrá recortes en el horizonte inmediato. En el comunicado que acompañó la decisión, la junta reiteró una referencia a la necesidad de mantener los costos de endeudamiento en su “nivel actual durante un período prolongado”.
La meta de inflación de Banxico es del 3 por ciento, más o menos un punto porcentual.
La evolución de la economía mexicana ha contribuido al deseo del banco de adoptar un enfoque de espera en lugar de recortar las tasas. La segunda mayor economía de América Latina ha superado las expectativas este año, ya que Estados Unidos, su mayor socio comercial, ha evitado hasta ahora caer en recesión, como anticipaban muchos analistas.