El aumento que han registrado los rendimientos de los bonos a largo plazo en los últimos meses es un reflejo de la fortaleza de la economía y de las expectativas de que las tasas de interés tengan que mantenerse más altas por más tiempo, señaló la secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen.
El aumento de los rendimientos “es un fenómeno global en los países avanzados”, dijo Yellen en un evento celebrado el jueves en las oficinas de Bloomberg en Washington. “La economía sigue mostrando una enorme solidez y eso sugiere que es probable que las tasas de interés se mantengan más altas por más tiempo”.
La postura de Yellen se dio tras conocer que el Producto Interno Bruto (PIB) de Estados Unidos superó las expectativas al crecer 4.9 por ciento a tasa trimestral anualizada, en el tercer trimestre, su mejor dato desde el cierre del 2021. Desestimó la idea de que las preocupaciones por el déficit estuvieran contribuyendo a impulsar el alza de los rendimientos.
En los últimos días, los rendimientos de los valores de referencia del Tesoro se han disparado a los niveles más altos desde 2007, antes de la crisis financiera mundial, amenazando con frenar el crecimiento económico e inflar las ya abultadas necesidades de endeudamiento del gobierno estadounidense.
El presidente de la Reserva Federal (Fed), Jerome Powell, dijo la semana pasada que estos movimientos están endureciendo las condiciones financieras y podrían afectar las decisiones de política monetaria. Frente a este entorno, la Fed tiene programado su penúltimo anuncio de política monetaria del año, en la que el mercado prevé que deje sin cambios la tasa de interés en un rango de 5.25 a 5.50 por ciento.
Al respecto, el economista en jefe de Valmex, Víctor Ceja, dijo que, si bien piensan que el 1 de noviembre la Fed dejará sin cambios la tasa de interés, no descartan que haya otro incremento en la reunión de diciembre, aunque la probabilidad sea baja.
“No descartamos un incremento, todo depende de los datos, la economía está fuerte… y es probable que la economía continúe yendo más sólida de lo que se prevé y con ello la inflación tenga más problemas para descender”, dijo Ceja a El Financiero Bloomberg.
En tanto, Javier Amador e Iván Fernández, de BBVA Research, plantearon que los “datos económicos mejores de lo esperado continuaron respaldando la opinión del mercado de futuros de una trayectoria más alta por más tiempo para la tasa de fondos federales”.
“El fuerte movimiento de las tasas de interés de largo plazo fue impulsado primero por la retórica de la Reserva Federal de una tasa más alta por más tiempo y, más recientemente, por una prima por plazo más alta”, señalaron los expertos de BBVA.
Banxico, a la expectativa
Iván Santiago, director general de BlackBull Advisors, consideró que, en materia de política monetaria, el Banco de México (Banxico) va a estar en línea con la Fed a fin de mantener el diferencial de tasas. “Si la Fed mantiene las tasas altas y Banxico empieza a recortar antes, pudiera afectar al tipo de cambio y que trepe el dólar”, dijo.
En tanto, Luis Gonzali, director de inversiones de Franklin Templeton, dijo que efectivamente “hay bastante fortaleza en la economía y en esencia es el consumo que no se ha ralentizado, el mercado laboral que sigue fuerte y eso implica tasas más altas porque también implica que la Fed va a tardar más en recortar su nivel de tasas”.
EU, imán de México
Ante el crecimiento de 4.9 por ciento, la economía de Estados Unidos dejó a un lado los temores de recesión, pero la desaceleración eventualmente se materializará.
El hecho de que la economía estadounidense siga fuerte significa que “va a jalar a México”, algo que es benéfico para el país y disminuyen los riesgos de desaceleración de este lado, consideró Santiago.
Gonzali dijo que esto se traducirá en más exportaciones del país y a dinamizar todavía más a la economía mexicana, que también está pasando por una buena racha”.
Para Guillermo Guzmán, analista bursátil, la desaceleración podría darse a inicios del 2024 “generada por incremento de la deuda, tipo de cambio volátil, precios bursátiles sobrevalorados y una persistente alza en los precios de las materias primas”.