La economía informal en México avanzó 3.1 por ciento en el segundo trimestre de este año, y sumó cuatro trimestres por debajo del crecimiento de la actividad productiva total.
Además, al primer semestre reportó su menor dinamismo desde 2020. De acuerdo con los registros del Inegi, el Valor Agregado Bruto (VAB) de la economía informal acumula un avance de 3.2 por ciento en la primera mitad del año, por debajo del 5.5 por ciento reportado en igual periodo, pero de 2022, y este es su menor avance desde la crisis reportada por la pandemia.
La economía informal alcanzó los 5.73 billones de pesos, según los resultados de las Mediciones de la Economía Informal Trimestral por Entidad Federativa (MEITEF) a precios del 2018, que equivalen a 24 por ciento del total de la economía.
En el VAB del sector informal se dio un aumento de 3.8 por ciento anual en el segundo trimestre y representó 54.9 por ciento de la economía informal.
“La economía informal de México se integra por el sector informal, que incluye la totalidad de actividades económicas que realizan las empresas sin personalidad jurídica propiedad de los hogares, y otras modalidades de la informalidad”, refirió el instituto.
En este sentido, 16 entidades mostraron un crecimiento en la economía informal por encima del 3.1 por ciento reportado para todo el país.
El instituto reveló que, por entidad federativa, donde hubo un mayor crecimiento anual del VAB fue en Oaxaca con 11.9 por ciento; Zacatecas, con 9.3 por ciento y Durango y Guerrero, con 7.1 por ciento.
En contraste, de las 16 entidades restantes, 12 registraron disminuciones en el VAB de su economía informal; con la mayor contracción se ubicó Sonora, con 4.9 por ciento anual; Baja California, con 2.1 por ciento, y Nayarit, con 2.0 por ciento.
“En las entidades federativas, los incrementos más significativos se observaron en Durango (8.8%), Oaxaca (7.7%), Guerrero (7.4%), Chihuahua (7%) e Hidalgo (6.7%)”, destacó el Inegi.
Hay 16.5 millones de informales
En la medición de la informalidad en materia de empleo, el Inegi hace una división donde una parte “se integra por el sector informal, que incluye la totalidad de actividades económicas que realizan las empresas sin personalidad jurídica propiedad de los hogares”.
Dentro de esta modalidad, los puestos de trabajo remunerados en la economía informal totalizaron 16.5 millones, un incremento de 2.2 por ciento anual, en el segundo trimestre del año, precisó el Inegi.
Mientras que en la otra parte se incluye a las personas que, si bien están en establecimientos formales, no cuentan con las prestaciones de ley. Al cierre del segundo trimestre, la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) mostró que había 15.8 millones de personas a lo que el INEGI llama ‘fuera del sector informal’. Así, al sumar ambos rubros totalizan 32.3 millones de personas con una ocupación informal, es decir, el 55.2 por ciento de los ocupados a mitad del año.
El VAB de otras modalidades de la informalidad significó 45.1 por ciento de la economía informal y presentó un crecimiento de 2.4 por ciento anual.
Sobre las otras modalidades de informalidad hace referencia “a unidades económicas formales no cuentan con seguridad y prestaciones sociales, tales como vacaciones, aguinaldo, liquidaciones por despido”.
Permanecerá fenómeno
Humberto Calzada, economista en jefe de Rankia Latinoamérica, señaló que hacia adelante, algo que puede aminorar la informalidad puede ser el tema del nearshoring con la “inversión tanto nacional como extranjera que pueda ayudar a que personas de este sector puedan integrarse a la formalidad con prestaciones de ley”.
Sin embargo, refirió que es un fenómeno que permanecerá en la economía mexicana y puede disminuir a menos que haya cambios en las regulaciones.
”Se puede reducir si hay incentivos fiscales para que estas unidades ambulantes puedan integrarse a regímenes fiscales, esa es una solución para reducirla, pero es un fenómeno que va a perdurar en la economía mexicana”, dijo el experto.
Por su parte, el profesor de economía de la UNAM, Octavio Dorantes, dijo que en el panorama parece ser que la informalidad se está acentuando y que el desempleo lleva a las personas a que se ocupen en algo porque al final “tienen que vivir de algo”.
”Se busca atacar la informalidad como si fuera algo negativo, cuando en realidad es algo que saca adelante a la economía. Tendríamos que ver la formalidad, que haya empleos que no estén en una dinámica de flexibilidad laboral como el outsourcing, empleos con mejor remuneración, con mejores prestaciones”, dijo.