El mundo llegó a 2024 con diferentes crisis, que van desde temas ambientales y del calentamiento global hasta las guerras y los problemas económicos. Si bien se espera que los recortes a las tasas de interés le den un respiro a las finanzas globales, lo cierto es que el panorama no luce alentador.
Además, es uno de los años con más elecciones presidenciales en la historia, lo que puede definir el orden del mundo y por ende también provocar caos en los mercados bursátiles. Un ejemplo de ello ocurrió en meses pasados con la economía de Argentina, que tras la llegada de Javier Milei a la presidencia logró hacer que su peso en una primera instancia recortara distancia con el dólar, aunque luego el mismo mandatario y su gobierno decretaron debilitarlo a la mitad.
La situación económica en el mundo será fundamental para el desarrollo de diferentes proyectos políticos, así como para el rumbo que tomarán las guerras en curso y las tensiones políticas en diferentes países.
En general, hay dos tendencias favorables para los mercados emergentes de cara a 2024: las tasas de interés están cayendo y las empresas están tratando de acercar sus cadenas de suministro a casa. Un puñado de países están bien posicionados para aprovechar ambos vientos de cola a la vez, encabezados por México, Perú y Polonia. Todos están preparados para reducir las tasas en 2024 (los dos últimos ya comenzaron) y tienen acuerdos comerciales con grandes vecinos que los convierten en lugares privilegiados para la deslocalización cercana, conocida como Nearshoring.
Estos son 8 retos para la economía en 2024
Algunas de las problemáticas que atraviesa el mundo podrían tener graves consecuencias a nivel internacional, y esto serían algunos ejemplos de ello:
La guerra Israel-Hamás y las tensiones en Medio Oriente
El conflicto entre Israel y Hamás, que ‘detonó' el pasado 7 de octubre con la irrupción de extremistas a Israel para secuestrar a cientos de civiles, así como la respuesta militar del estado judío que ha matado a más de 24 mil personas de Palestina, ha escalado hacia otros países, y esto puede debilitar la posición que tiene la región económicamente.
Expertos de Bloomberg apuntan que, en caso de que escale el conflicto se podrían asfixiar los flujos de petróleo en la región, dando paso a detener el crecimiento global y aumentar la inflación. Si bien por el momento no existe el riesgo de un corte de suministro, los bombardeos de Estados Unidos y Reino Unido a Yemen, el intercambio de bobardeos entre Israel y Hezbolá en Líbano y el temor de una posible entrada de Irán a la guerra elevan las preocupaciones.
Los precios del crudo podrían dispararse hasta los 150 dólares por barril, recortando alrededor de 1 punto porcentual del PIB mundial y añadiendo 1.2 puntos porcentuales a la inflación mundial.
La Fed en Estados Unidos
Si bien se esperan recortes este año a la tasa de interés, y con ello favorecer a las inversiones y al dólar, la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos corre el riesgo de dar un giro demasiado temprano, y con ello volver a elevar la inflación en el país y a nivel mundial.
Los riesgos de que la baja en las tasas de interés sea demasiado rápida son dos: Un shock de oferta en caso de que hubiese una escalada en el conflicto en Medio Oriente que afecte los precios del petróleo y las rutas marítimas, y el otro riesgo tendría que ver con la baja de más de un punto porcentual en los bonos del tesoro cinco años, luego de haber llegado a su máximo en octubre.
En caso de darse estas condiciones, la inflación llegaría al 3 por ciento, en vez del 2 por ciento que Estados Unidos tiene como objetivo y frustrando las expectativas del mercado de una postura política más flexible.
En el tema de la Fed juega todo, incluso los funcionarios, y un estudio de Bloomberg sobre el lenguaje de ellos indica que han dejado mucho margen de maniobra y se han mostrado moderados, más allá de comprometerse con los recortes a las tasas.
Europa al borde de la recesión
El Banco Central Europeo y el del Reino Unido están al final de uno de sus ajustes de tasa de interés más agresivos en los últimos años, y el pronóstico en caso de que apliquen ajustes mediante cualquier modelo macroeconómico es el de una recesión.
El producto interno bruto de la zona del euro debería haber recibido un golpe del 2.5 por ciento, sugiere el modelo de Bloomberg Economics. La cifra equivalente para el Reino Unido es del 4.7 por ciento. Hasta ahora, los datos muestran algo diferente: una desaceleración en ambas economías, pero no una contracción.
Alemania es uno de los países más afectados por lo que está pasando en Europa, ya que es posible que este año se contraiga su economía mientras se desacelera la de China, uno de sus mayores mercados de exportación. A esto sumar el ascenso de marcas chinas en los vehículos, que afectan a la industria alemana.
El tambaleo de China
Para diferentes expertos, el crecimiento en la economía ya se dirige a la baja, ya que consideran que la recuperación económica de China tras la pandemia fracasó y su sector inmobiliario está en caída a pesar de apoyos con estímulos, que se espera que sean suficientes para evitar el colapso.
Los riesgos se inclinan a la baja. Si el estímulo llega un día tarde y falta un dólar y la caída del sector inmobiliario se profundiza, el crecimiento podría desacelerarse a alrededor del 3 por ciento. Si los problemas inmobiliarios desencadenan una crisis financiera la economía podría incluso contraerse, en la realidad, aunque no en las estadísticas oficiales.
Se prevé que China tenga un crecimiento en su economía del 4.5 por ciento, que sería menos de lo que creció el año pasado y debajo de las previsiones que tenía el país antes de la pandemia de COVID.
Japón a punto de perder el control de su curva de rendimiento
Este año el banco central japonés abandonará el control de su curva de rendimiento, la política que utilizaba para fijar las tasas de interés a largo plazo en niveles bajísimos.
Bloomberg Economics prevé que el Banco de Japón avanzará hacia una salida en julio, manteniendo la política acomodaticia pero eliminando el bloqueo de los rendimientos. Una señalización cuidadosa al mercado aumenta las probabilidades de que todo vaya bien. Si no es así, y el yen se dispara, las operaciones de carry trade podrían debilitarse rápidamente con un éxodo de fondos de los bonos del Tesoro estadounidense y otros activos de mayor rendimiento.
Ucrania en un momento ‘crítico’
Tras el fracaso de la contraofensiva de Ucrania, occidente considera que el país corre el riesgo de una derrota total en la guerra con Rusia, sobre todo si termina el apoyo económico de Estados Unidos.
Lo más probable para analistas es que el conflicto se estanque, lo que evitaría una victoria decisiva de Rusia, aunque continúa la preocupación por el envalentonamiento del ejército ruso, mientras Estados Unidos decide si apoyar para contenerles o contener a China en Asia.
La situación en Ucrania podría desprender una importante crisis a nivel mundial, ya que sería más complicado para Estados Unidos convencer a otros países que es un aliado confiable, así como motivar a otras potencias mundiales a incrementar sus ofensivas militares.
La situación política de Taiwán
El triunfo en las elecciones presidenciales de Lai Ching-te dará continuidad a un gobierno de Taiwán sin un cambio de postura y asegurando la independencia de China; sin embargo, el hecho de que en Beijing consideren Ching-te como un “alborotador” y “separatista” puede dar paso a que incrementen las tensiones en ambos países.
Taiwán es uno de los principales países en la producción de semiconductores, y una guerra desataría una crisis que frenaría diferentes industrias. Sin llegar a una guerra, en caso de que se bloqueen rutas comerciales y se asfixie el suministro de chips se produciría una pérdida del 10 por ciento del PIB mundial.
Las elecciones en Estados Unidos
El resultado de las elecciones en Estados Unidos de este año podrían definir el rumbo de la economía en los próximos años, ya que en caso de darse nuevamente un enfrentamiento entre Donald Trump y Joe Biden, sus propuestas podrían afectar las inversiones, así como la relación con otros países.
Trump propuso aranceles del 10 por ciento sobre importaciones, lo que podría reducir el ya afectado PIB de Estados Unidos en un 0.4 por ciento, lo que además aumentaría las tensiones con China y generaría diferencias con Europa.
Con información de Bloomberg.