El respiro que el presidente Javier Milei dio al tipo de cambio paralelo de Argentina resultó ser demasiado breve, ya que el peso ha caído a nuevos mínimos en el mercado no oficial, utilizado para eludir los controles de capital.
En lo que va del año, la divisa se ha desplomado cerca de un tercio frente al dólar, al superar los 1.250 por dólar, y ahora cotiza más de un 50 por ciento por debajo del peso en el mercado oficial, frente al mínimo del 11 por ciento del 27 de diciembre.
Peor aún, la renovada caída del peso en el mercado alternativo puede estar apenas comenzando, lo que alimentará una inflación que ya alcanza el 211 por ciento anual, la tasa más alta de América Latina. Tras haber optado por dar marcha atrás en sus promesas de dolarizar la economía, Milei ahora necesita idear rápidamente un plan para controlar el tipo de cambio y frenar la creciente inflación.
De acuerdo con un informe a clientes del equipo de investigación y estrategia de la corredora local PPI, dirigido por Pedro Siaba Serrate, la brecha cambiaria tenderá a ampliarse a partir de la segunda quincena de enero, tanto porque el tipo de cambio oficial quedará muy por detrás de la inflación como porque el contado con liquidación se debilitará.
El banco central no respondió a una solicitud de comentarios sobre la creciente presión sobre la moneda.
Si bien la devaluación del 54 por ciento realizada por Milei después de asumir el cargo fue bien recibida por los inversores, los mercados ahora exigen más. A continuación, cuatro razones por las que puede resultar difícil hacerlo.
Aumentos de tasas
Santiago Bausili, presidente del banco central argentino, recortó la tasa de interés de política monetaria en 33 puntos porcentuales, hasta un 100 por ciento anual, después de asumir el cargo en diciembre.
El recorte implicó un menor rendimiento de los depósitos: un desincentivo para que los ahorristas mantengan su dinero en pesos en el banco y un incentivo para dolarizar sus carteras.
Dado que febrero trae consigo una caída estacional en la necesidad de pesos de la gente después del final de la temporada de vacaciones, “el banco central de Argentina probablemente tendrá que cambiar a un modo hawkish”, desde su posición actual centrada en diluir los activos en pesos, dijeron desde PPI.
Controles de capital
El peso empezó a sufrir nuevas presiones esta semana, luego de que el 13 de enero se abriera la primera ventana de compra de dólares para una amplia gama de importaciones. Anteriormente, las autoridades tenían un enfoque discrecional para proporcionar dólares a la industria, fuera de artículos esenciales como productos farmacéuticos y fertilizantes.
La corredora local Facimex estima que el promedio diario de compra de dólares por parte del banco central para sus reservas caerá desde los 196 millones anteriores a 128 millones de dólares hasta el 11 de febrero, luego a 90 millones hasta el 12 de marzo y finalmente a cero en abril.
Peso congelado
Después de que el banco central devaluó el peso en un 54 por ciento, el 12 de diciembre, permitió una depreciación mensual de la moneda del 2 por ciento, en el marco de un sistema de paridad móvil. Con una subida mensual del 25.5 por ciento de los precios al consumidor en diciembre, esa caída parece irrisoria.
Como resultado, los exportadores sufrirán una pérdida de competitividad y venderán cada vez menos dólares en el mercado oficial, lo que nuevamente socavará las reservas del banco central y ejercerá presión sobre el tipo de cambio.
Decreto de desregulación
El vocero de la presidencia, Manuel Adorni, ha atribuido las nuevas presiones cambiarias a los retrasos impuestos por la oposición al decreto de desregulación económica del Gobierno. Las medidas incluyen aumentos de impuestos para reducir el déficit fiscal y desregulaciones para estimular la actividad y aliviar la presión sobre la inflación.
El partido gobernante tiene minoría en ambas cámaras y necesitará el apoyo de otras fuerzas políticas para aprobar el proyecto de ley.
El aumento del dólar en el mercado paralelo es una “muestra gratis de lo que puede pasar” con la moneda argentina si no se aprueba este proyecto, dijo Adorni el 9 de enero.