El PIB per cápita no mostrará un crecimiento en el sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador, por lo que todavía tendrá un rezago al cierre del 2024, en relación con el 2018, de acuerdo con estimaciones de Banco Base.
“El PIB por habitante todavía no regresa a los niveles del 2018, muestra todavía un rezago de 1.6 por ciento. Si México llega a crecer menos de 1.6 por ciento en el 2024, entonces el PIB por habitante no se recuperará en este sexenio y será hasta el siguiente”, dijo la directora de análisis económico de Base, Gabriela Siller.
En este sentido, la institución financiera prevé que el PIB crezca 2.5 por ciento, por lo que el PIB per cápita tendrá un rezago de 0.12 por ciento y en 2025 si la economía crece 0.8 por ciento, el rezago sería de 0.27 por ciento.
Para este año, Base visualiza diversos retos que tendrá la economía mexicana, como el alto déficit presupuestario, que presionará al alza a la inflación y mantendría la tasa de interés en un nivel alto; el panel del maíz en el marco del T-MEC, y la posibilidad de un panel en materia energética.
“Las elecciones en México con la posibilidad de que la presidencia y la mayoría del Congreso queden en las manos de un solo partido; las elecciones en Estados Unidos por la posibilidad de políticas que incentiven el regreso de empresas a ese país, lo que frenaría la llegada de inversión fija a México por nearshoring”, son otros de los retos para la economía mexicana.
Al cierre del 2024, la inflación cerraría en 4.39 por ciento anual y el Banco de México (Banxico) recortaría en 100 puntos base su tasa de interés, con lo que llegaría a 10.25 por ciento; el primer recorte sería en este primer trimestre.
“En 2024 se vislumbran muchos riesgos para la inflación, destacando: el elevado déficit presupuestario, el aumento al salario mínimo y la probable depreciación del peso debido a los procesos electorales en Estados Unidos y México”, señaló Base.
Entre los riesgos externos figura el incremento en costos de transporte marítimo, el posible estancamiento de la inflación de Estados Unidos alrededor del 3.0 por ciento y la posibilidad de nuevos choques de oferta.