La calificadora Moody’s bajó dos escalones la calificación de Petróleos Mexicanos (Pemex) hace unos días. Así, ha pasado de B1 a B3 con perspectiva negativa. Esta decisión se tomó debido al “deterioro de la calidad crediticia” de la empresa petrolera, apuntó la agencia en su revisión.
La calificación B3 es considerada como Altamente Especulativa; además, la revisión deja a Pemex a un escalón de ser considerada de Riesgo Sustancial de incumplimiento.
Esta es la tercera ocasión en que Moody’s baja la calificación de Pemex durante este sexenio, encabezado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, recuerda Enrique Quintana, vicepresidente y director general editorial de El Financiero.
Además, de acuerdo con las revisiones de la calificadora, Pemex perdió el grado de inversión desde 2020. Lo que quiere decir que la compañía dejó de ser opción para los inversionistas.
Al año siguiente, en 2021, la agencia volvió a bajar la nota de la petrolera y vuelve a hacerlo este año.
En esta ocasión se suma que ahora tiene perspectiva negativa, lo cual señala que lo más probable es que vuelva a haber una revisión a la baja en el futuro, explica el columnista.
¿Cuáles son los motivos de Moody’s para bajar la calificación de Pemex?
La calificadora ha tomado en cuenta para su decisión los vencimientos de la deuda de Pemex para los próximos años, de 10 mil 900 millones de dólares para este 2024 y que llegarán a un pico en 2026, de 13 mil 600 millones de dólares para ese momento.
También ha evaluado la capacidad de Pemex para generar efectivo. Ante ello, observa que la expansión del negocio de refinación (que genera la mayor parte de las pérdidas de la empresa) limitará la capacidad de generación de flujo de Pemex, apunta el especialista Enrique Quintana.
Además, Moody’s evalúa que hay una baja en el ritmo de las inversiones previstas para este año, lo cual también estaría reduciendo la capacidad de la petrolera para extraer crudo en el futuro.
Toda esta situación hará necesario que el Gobierno federal continúe apoyando a Pemex. Sin embargo, dado el déficit público, Moody’s tiene dudas sobre si la administración tendrá la capacidad de seguir brindado ese respaldo, puntualiza el economista.
¿Cuál es el futuro para Pemex en este escenario de rebaja?
El columnista apunta que, debido a la situación en la que se encuentra, es necesario que Pemex tenga un cambio en su modelo de negocio. Si eso no ocurre, va a seguir necesitando los apoyos adicionales del Gobierno federal.
En México se esperan las elecciones presidenciales de junio próximo, donde se anticipa que la candidata morenista Claudia Sheinbaum sea la ganadora, de acuerdo con las encuestas de preferencias.
De ser así, Sheinbaum tendría un gran dilema al respecto de Pemex.
Quintana recuerda que durante este sexenio, López Obrador ha apostado ampliamente por la petrolera, al ser una persona originaria de Tabasco que creció durante el boom petrolero y siguió pensando, siendo presidente, que Pemex podría seguir la misma trayectoria que tuvo en los años de 1980.
En el futuro próximo, si Sheinbaum resultara ganadora y siendo del mismo partido que el presidente López Obrador, la estrategia de la siguiente presidenta se verá influenciada por esto. O no.
Sheinbaum se encontrará en la encrucijada de tirar por la borda la estrategia que ha venido implementando AMLO y crear una nueva que dé viabilidad a Pemex, sin que se vaya a pique y afecte las finanzas públicas, reconoce Quintana.
Apenas en enero pasado, una funcionaria cercana a la aspirante presidencial señaló que México debe reconsiderar su plan de negocios para Pemex.
La secretaria de Administración y Finanzas de la Ciudad de México, Luz Elena González, no forma parte oficial de la campaña de Sheinbaum actualmente.
Sheinbaum , por su parte, ha dicho que el financiamiento público y privado tienen un papel fundamental en el avance hacia las energías limpias. Y ha declarado que debe acelerarse la transición a las energías verdes.