Altos funcionarios del Gobierno de México descartaron la posibilidad de una crisis transexenal, al argumentar que las finanzas públicas están en orden y no se identifican en el panorama ‘burbujas ni desequilibrios’ que se estén acumulando, y pudieran detonar un shock.
Consideraron que las finanzas cerrarán en orden el presente año y posteriormente habrá un proceso de consolidación fiscal en la nueva administración, la cual prevén, se deberá dar por el lado de un ajuste al gasto.
Advirtieron que lo que sí podría ser una mala señal es que la administración entrante en lugar de plantear un menor déficit fiscal lo proyectara al alza.
Por otra parte, señalaron que el tipo de cambio no está acumulando un desequilibrio y su nivel actual probablemente está reflejando la estabilidad económica y el crecimiento, así como el diferencial de las tasas de interés entre México y Estados Unidos.
Asimismo, indicaron que el Banco de México ya comenzó a ajustar su tasa y podría verse una eventual reevaluación de los portafolios, dependiendo de cuánto ajuste el banco central su tasa, pero están actuando de manera conservadora.
“No vemos una acumulación de desequilibrios que pudieran estar generando un problema; en el lado externo, se espera un aterrizaje suave de la economía de Estados Unidos”, enfatizaron.
“El tipo de cambio es flotante y está determinado por la oferta y la demanda; el sector bancario está sobrecapitalizado, con un 19 por ciento de apalancamiento, comparado con el 10.5 por ciento de Basilea”, abundaron.
Reforma fiscal es inevitable
Las autoridades financieras del país afirmaron que es políticamente inviable, y menos en época de elecciones, una reforma fiscal que eleve impuestos a las personas físicas o a las empresas, debido a que reduciría competitividad de la economía del país frente al mundo.
No obstante, admitieron que podría analizarse la posibilidad de hacer más progresiva la tasa de ISR subdividiendo los rangos de ingresos más altos.
Estimaron que aún hay espacio para elevar en 3 puntos del Producto Interno Bruto (PIB) la recaudación, reforzando la fiscalización con mayor inteligencia de software, pero ya no cargando la mano a los contribuyentes cautivos, sino atacando los amplios sectores de economía informal.
Sin embargo, reconocen que es un reto incorporar al pago de impuestos a la economía subterránea, lo que implicará el diseño de un plan especial.
Fondo de estabilización
Los funcionarios comentaron que al gobierno siempre le sobra dinero en caja cada cierre de año y estos recursos les permiten absorber los choques externos.
“Pero este dinero no es un guardadito, va en el presupuesto y forma parte de la política de liquidez y un manejo de tesorería que hacemos de manera anual, es un colchoncito”, añadieron.
Detallaron que en 2023 tuvieron un mayor excedente, de entre 180 mil y 200 mil millones de pesos, y por regla no puede depositar parte del dinero en el Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios (FEIP). Estimaron que con la modificación de la Ley del FEIP cada año se le podrán estar inyectando unos 22 mil millones de pesos.
Con la reforma ahora se permite depositar algunos ahorros presupuestales en el servicio de la deuda.
“Debido a ello, la SHCP levanta dinero con emisiones de deuda en los mercados internacionales en enero, para tener el dinero líquido por si pasa algo en el año.
En puerta los precriterios 2025
Afirmaron que están evaluando presentar los Pre-Criterios Generales de Política Económica 2025 el próximo miércoles 27 de marzo o el lunes primero de abril.
En dicho documento se establecería una proyección de crecimiento del PIB en un rango más ajustado a la baja que el de 2024 (que fue de 2.5 a 3.5 por ciento), pero no mucho.
Sobre la inflación no son muy optimistas acerca de una baja importante, por las presiones de precios de transporte internacional e interno, debido a la inseguridad y los aumentos de las primas de seguros.