La estabilidad macroeconómica, la autonomía del Banco de México, aunado a los cambios que se dieron a nivel mundial por la pandemia, fueron factores positivos que influyeron para que las empresas internacionales dirigieran sus inversiones hacia el país.
Para Julio Escandón, director general de Banco Base, en estos años México se vio beneficiado de la estabilidad económica y eso ha contribuido a que la banca crezca en sus distintas carteras.
“El balance para el sector financiero y en términos macroeconómicos es relativamente positivo en el sentido de que fue muy atinada la renovación del T-MEC en el momento más indicado. Recién estaba entrando (el presidente) Donald Trump y empezaba la guerra comercial con China y eso impulsó mucho lo que ahora llamamos nearshoring. También la autonomía del banco central le da tranquilidad a los mercados”.
Si bien el crecimiento económico está por abajo, en promedio, al ser comparado con otros sexenios, consideró que también hay que reconocer que hubo el efecto de la pandemia y una caída importante en la actividad económica en todo el mundo.
“Más allá de eso, y no politizando el asunto, creo que lo importante, independientemente del gobierno, ha sido la situación geográfica de México, la oportunidad que hemos tomado la iniciativa privada de aprovechar el nearshoring y capitalizar las oportunidades que estamos viendo en los mercados”, resaltó el banquero.
La llegada de nuevas empresas al país, atraídas por la tendencia del nearshoring, está a la vista de diversos sectores, incluido el financiero. Por lo que, para este año, Banco Base ve que la principal oportunidad está en la relocalización, área en la que quieren ir más allá que su competencia.
En entrevista, en el marco de la 87 Convención Bancaria, Escandón, resaltó que su oferta no solo se trata de capitalizar el nearshoring, sino de ofrecer pagos y transferencias internacionales, agilidad de operaciones y transparencia.
“Hay oportunidades en el crecimiento de crédito para las empresas que vienen, pero desde que vienen llegando les ofrecemos el servicio financiero, una cuenta bancaria o una transferencia. Nosotros las identificamos desde que muestran interés de llegar a México”, manifestó el banquero.
Su ubicación en el norte del país le ha permitido a Banco Base ver de primera mano el nearshoring. De hecho, Julio Escandón informó que reciben a empresarios asiáticos con mucho interés de abrir una planta u oficina en el país, y por el lado de la institución está en trámite abrir una oficina de representación en China.
Para lograr acaparar este mercado instó a trabajar en limitantes. Entre los desafíos para la relocalización que han detectado están la inseguridad, la disponibilidad de mano de obra, así como infraestructura que garantice el abasto de agua y energía. De lo contrario, aseveró, las empresas no tienen los incentivos para instalarse, por lo que optan por otros mercados.
Esta situación ha llevado a las potenciales nuevas empresas a aplazar su decisión de llegar al país. “Generalmente mandan a un grupo de exploración. Más que cancelar y decidir por otro lado, lo que he notado, es que han aplazado decisiones”, señaló.
Exploran nuevos mercados
La aparición en el mercado mexicano de bancos con una operación totalmente digital no modificó la postura de Banco Base sobre cómo utilizar la tecnología para avanzar en el negocio bancario. Esto, aunado a los costos regulatorios y las implicaciones de ser supervisados, hacen que descarten una nueva licencia.
En cambio, su estrategia se basa en aprovechar a las Fintech bajo el modelo de spin offs para explorar si hay un mercado potencial para implementar una estrategia digital sin la necesidad de una asesoría o la intervención de una persona.
“Hemos invertido cantidades importantes en ese tipo de spin offs. Lo que hemos visto hasta ahora es que incluso empresas corporativas de alto nivel y de alto volumen siguen apreciando el servicio y la comunicación humana”, apuntó.
También revisan la asesoría en coberturas respecto a montos a cubrir y en qué momento hacerlo. Del mismo modo, realizan investigaciones sobre los movimientos del tipo de cambio con apoyo de la inteligencia artificial.
En pocas palabras, Escandón visualizó que el futuro no es 100 por ciento digital aún con los bancos que así se autodenominan, ni totalmente con contacto humano. “Veo un híbrido donde ciertas interacciones se vuelven humanas, digitales y combinadas”.