El crecimiento de la economía mexicana depende en gran medida de la situación que atraviese la estadounidense, donde los indicadores clave como el empleo e intercambio comercial permiten tener una idea de lo que se avecina.
Hace unos días, se dio a conocer que en Estados Unidos se agregaron 175 mil puestos de trabajo, la cifra más baja en seis meses y muy por debajo de las 250 mil previstas por el mercado, según los datos de la nómina no agrícola publicada por la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS, en inglés).
Si bien sólo se trata de un dato por debajo de las expectativas, podría ser un punto de inflexión en la economía estadounidense, cuyo mercado laboral ha estado ajustado, y que ha provocado resistencia en la inflación.
Una moderación del mercado laboral, por tanto, provocaría que menos connacionales cuenten con una fuente de empleo y se refleje en el envío de remesas a sus familiares en México, pero sin llegar a ver una caída pronunciada de estas.
Datos de Banxico mostraron que, en marzo, el monto promedio enviado hacia México en remesas fue de 382 dólares, la más baja en 11 meses. Incluso, en marzo ligaron tres meses moderándose.
En este sentido, las cifras de la BLS revelan que el promedio de la tasa de desocupación de los extranjeros en Estados Unidos, que incluye a migrantes legalmente admitidos, es de 4.2 por ciento de enero a abril, la más alta para un mismo periodo desde el 2021.
Para la economía estadounidense en general, el promedio de la tasa de desocupación en los primeros cuatro meses del año es de 3.8 por ciento.
“Sobresalen las presiones inflacionarias en nuestro vecino del norte, todavía concentradas en los servicios. Además, la fortaleza del peso mexicano –incluso ante los recientes episodios de aversión al riesgo– sigue representando un reto para el poder de compra de los envíos en moneda local”, de acuerdo con Banorte.
Sectores afectados
El análisis de las remesas aterriza en un enfoque de la economía de las familias, debido a que son transferencias directas, pero también hay sectores que podrían pasar por momentos con menor dinamismo.
Por ejemplo, las exportaciones mexicanas mostraron un crecimiento de 1.7 por ciento anual en el primer trimestre del año, el más bajo para un mismo periodo desde el 2020, cuando inició la pandemia.
Al excluir el 2020, el dato de las exportaciones del primer trimestre del año sería el más débil desde la contracción de 5.9 por ciento en el 2016.
El motor de las exportaciones es la manufactura mexicana, las cuales anotaron un crecimiento de 1.9 por ciento anual en el primer trimestre, el más bajo desde el 2020.
Una de las claves será la evolución de la producción industrial estadounidense, la cual en el primer trimestre tuvo una caída de 0.3 por ciento anual, donde la manufactura también cayó 0.3 por ciento.
Aunque analistas prevén una mejora de la industria de Estados Unidos, la expectativa es que en todo el año crezca 0.5 por ciento, desde el 0.2 por ciento del 2023, lo que no deja de ser un dato débil.
“Las elevadas tasas de interés, el endurecimiento pasado de las condiciones crediticias y la incertidumbre en torno al resultado de las elecciones de 2024 impedirán un desempeño aún más sólido en comparación con el año pasado”, añadió Oxford Economics.