En medio de una inflación que se resiste a ceder con claridad y de cautela sobre el futuro de la economía, el consumo en México reflejaría las primeras señales de desaceleración.
Durante abril, el Indicador Oportuno del Consumo Privado (IOCP) tendría un estancamiento mensual, es decir, una variación de 0.0 por ciento, el cual se daría tras un avance de 0.1 por ciento en marzo, de acuerdo con cifras desestacionalizadas del Inegi.
Estos datos estarían por debajo del crecimiento de 0.6 por ciento mensual observado en febrero, con base en el Indicador Mensual del Consumo Privado (IMCP).
En su comparación anual, el IOCP revela que el crecimiento de abril sería de 2.9 por ciento, por debajo del 4.0 por ciento que tendría en marzo.
Analistas coinciden en que se trata de datos oportunos que pueden tener ajustes hacia delante, pero ya había señales que anticipaban una moderación del consumo.
“Nos habla de las dificultades del consumo, con todo este impacto de la inflación acumulada de varios años y con los altos niveles de las tasas de interés, pero con la esperanza de que las cifras pueden modificarse en mayo-junio por el tema del gasto público”, dijo el subdirector de análisis económico de CIBanco, James Salazar.
Del 2021, cuando empezó a repuntar, hasta abril de este año, la inflación acumula una cifra de 21.9 por ciento; en servicios ha sido de 17.5 por ciento.
El economista en jefe de Rankia LATAM, Humberto Calzada Díaz, planteó que el tropiezo del consumo ya se puede atribuir a la elevada tasa de interés por parte del Banco de México (Banxico) y por ende del sistema financiero. “A pesar de que ya hubo un recorte seguimos teniendo condiciones financieras restrictivas; el costo del crédito sigue siendo alto y esto puede ser un factor que esté mermando el crecimiento del consumo”, dijo.
Contrastes
De este segundo trimestre hacia el final del año, el consumo en México podría atravesar por un escenario de contrastes, con un impulso durante estos meses, pero posiblemente con un enfriamiento hacia el cierre.
“Esperamos un mayor dinamismo en el segundo trimestre del año, considerando el adelanto del pago de los programas sociales, lo cual puede originar, o al menos es la hipótesis, que viéramos un mayor dinamismo del consumo”, precisó la directora de análisis económico de Monex, Janneth Quiroz.
En este sentido, Quiroz explicó que el adelanto de las transferencias puede provocar una desaceleración del consumo en la segunda mitad del año, pero lo que puede jugar a favor del consumo es la resiliencia de la actividad económica.
Salazar añadió que, por puro efecto del ciclo político, en la segunda mitad del año se esperaría un comportamiento similar de pérdida de dinamismo, e incluso con lecturas en terreno negativo.
“Esto nos lleva en términos generales del PIB a un crecimiento más pegado hacia el 2.0 por ciento y esto implicaría que las bases anuales del consumo estén cercanas al 1.8 por ciento”, indicó Salazar.
Frente a esta desaceleración, los riesgos persisten debido a una inflación elevada en los servicios, así como del vacío que podría existir hacia finales del segundo trimestre ante la suspensión temporal de la entrega de recursos de los programas sociales que se reanudarán en julio-agosto, señaló Banorte.
Para tener una idea de la evolución del consumo serán clave las expectativas de los consumidores, cuya confianza se estancó en abril, luego de tres meses al alza, señal de la precaución en los hogares por el devenir económico.
Impacto en tasas
El comportamiento del consumo ha ganado más espacio en las discusiones de política monetaria de Banxico y su evolución también influye en la inflación que ha rebotado en meses recientes.
Salazar indicó que el hecho de que el consumo pierda fuerza, en determinado momento se traducirá en menores presiones inflacionarias y esto ayudaría a Banxico en el control de la inflación.
En tanto, Calzada Díaz dijo que si en el corto o mediano plazo el consumo empieza a deteriorarse también se podrá ver que la inflación pueda ceder, pero luce complejo que esto suceda en el corto plazo.
Quiroz sugirió tomar con cautela el dato del consumo, pero subrayó que de confirmarse este enfriamiento, de alguna manera generará menores presiones para la inflación y será una buena noticia para el banco central.