Por segundo trimestre consecutivo, el Banco de México (Banxico) redujo sus expectativas de crecimiento de la economía del país para este año. Para 2025 mantuvo sus previsiones y descartó un escenario de recesión; además, alertó la posibilidad de no lograr una consolidación fiscal en la magnitud que se requiere.
La persistencia de la debilidad económica en el cierre de 2023 llevó al Banxico a reducir de 2.8 por ciento a 2.4 por ciento su estimación de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) para este 2024.
En su Informe Trimestral correspondiente al periodo enero-marzo 2024 expuso que el intervalo para el crecimiento esperado del PIB para el año se ajustó de entre 1.9 por ciento y 2.9 por ciento, desde 2.2 por ciento y 3.4 por ciento.
Explicó que, ante la prolongación de la debilidad económica del último trimestre de 2023 hacia principios de 2024, el crecimiento del PIB en el primer trimestre del presente año fue menor al previsto.
Victoria Rodríguez, gobernadora de Banxico, detalló que en el periodo el sector de la construcción dejó de tener una tendencia al alza; las manufacturas mostraron una debilidad relacionada con la baja actividad en Estados Unidos, y los servicios han tenido heterogeneidad en su desempeño.
“Hacia el cierre del primer trimestre de 2024 ya observamos un dinamismo de la actividad económica nacional y a partir de este comportamiento reciente es que estamos manteniendo la expectativa de que la actividad productiva retome un ritmo de crecimiento en el resto del año”, manifestó.
El documento precisó que el crecimiento de la segunda mitad del año sería más moderado que el del segundo trimestre, de acuerdo con la evolución observada en años electorales previos.
”Se mantiene la expectativa de que el mayor gasto público en relación con el año previo dé impulso al consumo interno en general en los próximos meses, tomando en cuenta tanto los efectos directos como los de derrama hacia el consumo e inversión privados. Así, se espera que la actividad productiva retome un ritmo de crecimiento más dinámico en el resto del año”, explicó en su informe.
El Banxico agregó que el crecimiento de la segunda mitad de 2024 será más moderado de acuerdo con la evolución observada en años electorales previos.
“Sin embargo, existe una elevada incertidumbre sobre la magnitud de los posibles efectos del gasto público sobre el desempeño de la economía en general”, apuntó.
La estimación puntual de crecimiento del PIB para 2025 se mantuvo sin cambios respecto del informe previo, en 1.5 por ciento. El intervalo para el crecimiento esperado en ese año permanece entre 0.7 y 2.3 por ciento.
“Se continúa anticipando una desaceleración respecto del año previo que se explicaría por un menor impulso del gasto interno”, destacó.
Lo anterior estaría parcialmente compensado, subrayó Banxico, por un mayor crecimiento esperado de la producción industrial en Estados Unidos respecto del año anterior, lo que beneficiaría la demanda externa.
Del mismo modo, resaltó la aportación de la relocalización de empresas, aunque dijo que hay incertidumbre respecto de su magnitud y efectos.
Al respecto, Jonathan Heath, subgobernador en la Junta de Gobierno, aseguró que no anticipan una recesión y tampoco esperan que se presente un escenario de estanflación, ya que se debe analizar qué tanto chocarían una inflación alta y una desaceleración económica.
“Se continúa esperando que a lo largo del horizonte de pronóstico el proceso de relocalización de empresas aporte cierto impulso a la actividad económica nacional, aunque se mantiene incertidumbre respecto de su magnitud y efectos”, subrayó el Informe.
Riesgos en consolidación fiscal
La subgobernadora Irene Espinosa detalló que los pronósticos de crecimiento están basados en diversos supuestos. El primero es una consolidación fiscal en 2025, pero hay mucha incertidumbre alrededor de este pronóstico en el sentido de que no se logre en la magnitud que se requiere, alertó.
“Es un reto enorme poder bajar en tres puntos del PIB el déficit en un solo año. Por lo tanto es posible que el déficit sea un poco más elevado y la actividad económica lejos de ir a una recesión podría ser más resiliente de lo que estamos considerando”, indicó.
La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) prevé que el déficit fiscal de este año represente 5.0 por ciento del PIB, y que para el siguiente año baje a 2.5 por ciento.
La funcionaria añadió que otro pilar del pronóstico para el siguiente año se refiere a la actividad industrial en Estados Unidos que ha reflejado una mayor resiliencia en la actividad y la producción que es lo que se relaciona mucho más con la demanda externa en México.
Otro factor que podría incidir positivamente en el crecimiento es que hubiera más inversiones o que éstas tuvieran mayor impacto en relación al fenómeno de la relocalización de cadenas de valor. “Esos son los supuestos. Están sujetos a riesgos y a un alto nivel de incertidumbre”, sostuvo.
Riesgos a la baja
La autoridad monetaria señaló que los riesgos para el crecimiento económico se mantienen bien balanceados. Entre los riesgos a la baja enlistó que a pesar del dinamismo que ha mostrado la economía de Estados Unidos, su crecimiento sea menor a lo esperado, en detrimento de la demanda externa de México.
También, que un escalamiento de diversos conflictos geopolíticos en distintas regiones del mundo repercuta de manera adversa en la economía global o en los flujos de comercio internacional.
Además, está el riesgo de que se materialicen condiciones financieras más astringentes a lo esperado y/o episodios de volatilidad en los mercados financieros internacionales.
Otro es que el gasto público de un menor impulso sobre la economía, que el anticipado; que el gasto en inversión sea menor al previsto, o insuficiente para apoyar el crecimiento, y que fenómenos meteorológicos impacten adversamente sobre la actividad productiva.