La economía mexicana mantiene el ritmo semilento de crecimiento a medida que se avecina la recta final del año, una situación que ha provocado revisiones a la baja a las expectativas del PIB y permite ver la inercia con la que iniciará el 2025.
Estimaciones del INEGI apuntan a que la economía nacional creció 1.1 por ciento anual tanto en julio como en agosto, de acuerdo con cifras desestacionalizadas del Indicador Oportuno de la Actividad Económica (IOAE).
Estas proyecciones mantendrían el ritmo de crecimiento observado en junio, también de 1.1 por ciento anual, según el Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) y que marcaría una desaceleración desde el 1.5 por ciento anual de mayo.
Por sector económico, las actividades secundarias ligadas a la industria de la construcción y manufactura, principalmente, se prevé un crecimiento de 0.7 por ciento anual en agosto, desde el 0.6 por ciento anual de julio.
De confirmarse el dato de agosto, la industria ligaría cinco meses con alzas anuales por debajo de 1.0 por ciento, luego de 28 meses con esa racha, indicó el INEGI.
En tanto, las actividades terciarias que agrupan los servicios y el comercio perfilan una expansión de 1.5 por ciento anual en agosto, acelerándose desde 1.3 por ciento anual de julio.
Hacia el cierre de este año la economía se encamina a un menor dinamismo por la conclusión del actual gobierno federal y la entrada del siguiente a partir de octubre; además hay incertidumbre política interna lo cual conlleva a que los inversionistas tomen con cautela sus proyectos.
A tasa mensual, el IOAE crecería 0.1 por ciento en julio y avanzaría 0.3 por ciento en agosto, datos que lucen ligeramente mejor al estancamiento de 0.0 por ciento de junio.
La industria mostraría un crecimiento de 0.3 por ciento mensual en agosto, desde el 0.2 por ciento de julio, al tiempo que los servicios tendrían un avance de 0.4 por ciento mensual en agosto, para revertir una posible caída de 0.1 por ciento en julio.
“Asumiendo que en septiembre el IOAE muestra un crecimiento mensual de 0 por ciento, en el tercer trimestre el crecimiento del PIB sería cercano a 0.57 por ciento trimestral, consistente con un crecimiento anual de 0.77 por ciento y un crecimiento acumulado en los primeros tres trimestres del año de 1.17 por ciento”, indicó Banco Base.
A menor ritmo
Con estos datos, el panorama del cierre de año luce con mayor debilidad por diferentes factores: la inercia hasta ahora mostrada, el cambio de gobierno, además de que hay incertidumbre política interna lo cual conlleva a que los inversionistas tomen con cautela sus proyectos, a lo que se suma la elección presidencial en Estados Unidos en la que no hay un claro favorito.
Con los datos del IOAE, Banco Base prevé que en el tercer trimestre el crecimiento del PIB sería de 0.8 por ciento anual, y que el crecimiento acumulado al tercer trimestre del año ronde 1.2 por ciento.
Para Intercam, las cifras apuntan también a un crecimiento del PIB de 0.8 por ciento en el tercer trimestre, una cifra considerablemente baja, que sigue reflejando una desaceleración.
Alejandra Marcos, directora de análisis y estrategia de Intercam Casa de Bolsa, indicó que en la parte interna llama la atención que el consumo, que había sido el motor del dinamismo, se contrajo 0.6 por ciento en el segundo trimestre y la inversión muestra atonía.
“Estos datos y en conjunto con el IOAE señalan que el segundo semestre del año la economía mostrará un dinamismo mucho menor al que hemos observado; la economía está en una fase de desaceleración y la gran pregunta ¿Y el 2025? Creo que lo que viene no necesariamente apunta a un mayor dinamismo”, dijo Marcos a El Financiero Bloomberg.
Sobre la marcha de la economía, Valmex anticipa que el consumo privado podría continuar mostrando debilidad, debido a la desaceleración económica y la inflación, así como la inversión, que podría perder más dinamismo, ante la conclusión de las obras de ingeniería civil del Gobierno Federal.
“Además, es posible que se moderen las exportaciones ante la expectativa de un menor dinamismo en la economía de Estados Unidos, provocado por el impacto rezagado de la restricción monetaria”, indicaron los analistas de Valmex.
Arranque en 2025
El profesor de Economía de la UNAM, Octavio Dorantes, hizo énfasis en los recortes a las expectativas de crecimiento de la economía mexicana, por lo que el arranque del nuevo sexenio tiene un gran reto por delante.
Sin embargo, dijo que un factor que puede hacer que el consumo se muestre resiliente serán los apoyos económicos gubernamentales, además de una moderación en la inflación, y por lo tanto de las tasas de interés a fin de ayudar a la actividad económica.
La pérdida de dinamismo es una constante en los cambios de gobierno. En el cuarto trimestre de 2018, cuando fue la transición hacia este sexenio, el PIB avanzó a un ritmo de 1.2 por ciento anual, y posteriormente se contrajo 0.1 por ciento en el arranque del 2019.
Monex estiman que tras un crecimiento de 1.65 por ciento en todo 2024, el primer trimestre del próximo año iniciará con un avance anual de 0.92 por ciento.