Actualmente existen limitaciones que dificultan continuar de manera sostenido con la política de recuperación de los salarios reales, como son las presiones inflacionarias y la disminución significativa de la brecha entre el salario mínimo y el salario promedio, advierten economistas de Citibanamex.
“Los riesgos de que se observen menores niveles de empleo y mayores presiones sobre los precios van en aumento e incluso hay cierta evidencia de lo anterior en la economía”, resaltaron.
“En un contexto en el cual se enfrenta una desaceleración y elevada incertidumbre consideramos que deberían introducirse otras políticas que mejoren el bienestar de las familias, particularmente de las de más bajos ingresos, que presenten menores efectos adversos sobre la economía en su conjunto”, enfatizaron.
En un análisis Sostenibilidad de los incrementos al salario mínimo, a prueba, reconocieron que la política de salarios mínimos del sexenio anterior fue muy exitosa para una recuperación en términos reales, lo que incidió en la reducción de la pobreza.
En cuanto a la inflación, aunque el impacto depende de factores como productividad, estructura de costos y capacidad de las empresas para absorber los aumentos, se puede generar un alza en los precios si las empresas trasladan el mayor costo laboral a los consumidores.
“Un ejemplo de lo anterior se puede observar en la evidencia nacional del incremento en el salario mínimo en frontera norte en 2019, que hubiera llevado a un incremento en precios, de no ser porque se acompañó por una disminución en la tasa del IVA”, comentaron.
Actualmente ya hay señales de que las presiones salariales están detrás de la persistencia del componente de servicios de la inflación, lo cual se ha registrado tanto en México como en el resto del mundo, recalcaron.
Mejores salarios, mayor productividad
Reiteraron que es importante que los incrementos salariales vayan acompañados de aumentos en la productividad que justifiquen salarios más altos sin afectar negativamente la estructura de costos de las empresas para evitar presiones inflacionarias y pérdidas de competitividad.
Sin embargo, en México la productividad ha mostrado una tendencia decreciente en los últimos años, y para la economía en su conjunto la productividad laboral es 5 por ciento menor que hace 6 años y 5 por ciento menor que hace 10 años.
Al interior de los distintos sectores, destaca que, para el industrial la productividad laboral cayó 15 por ciento en los últimos 10 años, mientras que en los servicios disminuyó 5 por ciento (ambos sectores representan 97 por ciento del PIB).
“Lo anterior sugiere que, a nivel de la economía agregada, la recuperación de los salarios reales de los últimos años no ha estado sustentada en ganancias en productividad”, refirieron.
Si bien el rezago que acumularon los salarios frente al de la productividad, parece haber impedido que las presiones de costos provocaran presiones inflacionarias, en condiciones de menor holgura, como las actuales, esto podría cambiar, advirtieron.