La inflación de Argentina se desaceleró a 2.7 por ciento en octubre, el nivel más bajo en tres años, en una victoria para el gobierno libertario del presidente Javier Milei, quien llegó al poder hace casi un año prometiendo sacar a Argentina de una terrible crisis económica.
El martes, el instituto de estadísticas argentino divulgó la cifra correspondiente a octubre. En septiembre, la inflación fue del 3.5 por ciento.
En términos anuales, la inflación en octubre fue de 193 por ciento, frente al 209 por ciento reportado en septiembre.
Milei ha promocionado la caída de los precios en los últimos meses como una victoria en su lucha contra la peor crisis económica de Argentina en más de dos décadas.
El Gobierno había prometido reducir la inflación por debajo del 3 por ciento antes de fin de año, algo que finalmente hizo.
Cuando asumió el cargo en diciembre, la inflación mensual se disparó al 25 por ciento, y a pesar de que ha bajado desde entonces, la gente común tiene dificultades en su vida diaria mientras el gobierno impone una reforma económica radical, incluida la eliminación de generosos subsidios energéticos anteriores.
Los precios en Argentina bajan y Milei da por ganada una “batalla”
Según informó este martes el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), el índice de precios al consumidor (IPC) se situó en octubre en el 193 por ciento interanual, su sexta desaceleración consecutiva.
Tras la súbita devaluación del peso argentino dispuesta por el Gobierno de Javier Milei apenas iniciar su mandato, en diciembre de 2023, y el impacto de sus primeras medidas ultraliberales, los precios iniciaron una tendencia descendente en Argentina como resultado de un fuerte ajuste fiscal y monetario y un derrumbe del consumo que aplastó la demanda.
La moderación de los precios se hizo más evidente desde mayo, cuando la política monetaria de ‘emisión cero’ del Gobierno comenzó a dar frutos, en combinación con la estabilidad cambiaria que se ha dado en los últimos meses.
“Esperamos que esta tendencia de desaceleración continúe, dado que el mercado monetario está encontrando un punto de equilibrio, el tipo de cambio permanece estable, y las acciones del Banco Central y el Tesoro están coordinadas”, comentó a EFE Lautaro Moschet, economista de la Fundación Libertad y Progreso.
Según el informe oficial, la inflación argentina acumuló en los diez primeros meses del año un alza del 107 por ciento.
La tasa de variación mensual registrada en octubre se acerca a lo que Milei ha descrito en varias alocuciones como “inflación inducida”, que se compone por la tasa de devaluación del tipo de cambio oficial (‘crawling peg’) fijada en el programa económico del Gobierno (2 por ciento mensual) más la inflación internacional que incide en la economía doméstica.
Esto da como resultante una “inflación inducida” del 2.5 por ciento mensual y es el ‘número mágico’ que el Gobierno ha señalado como uno de los principales objetivos a alcanzar para poder desmontar el ‘cepo’, las numerosas restricciones que existen en el mercado cambiario de Argentina.
“Ya hemos convergido prácticamente al nivel de ‘crawl’ más la inflación internacional. Es una batalla que se ha ganado”, aseguró el ministro de Economía argentino, Luis Caputo, al disertar este martes en una conferencia organizada por la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL).
Esta convergencia del IPC con la “inflación inducida” es una de las condiciones para levantar el “cepo cambiario”, pero no la única.
Para cortar definitivamente con el enjambre de restricciones cambiarias que desde hace años complica la vida económica del país, Milei también ha puesto como condiciones reducir los pasivos remunerados del Banco Central y aumentar las reservas monetarias a un nivel que permita afrontar la demanda acumulada de dólares -hoy contenida por el ‘cepo’-.
“Salir del cepo es un tema de condiciones y no de tiempo. Con el tiempo, esas condiciones van a seguir mejorando. Queremos hacerlo cuando estemos 100 % seguros de que no va a generar ningún problema en la economía”, señaló Caputo.
Los más recientes pronósticos privados que recaba mensualmente el Banco Central apuntan a que la variación mensual de la inflación será de 2.9 por ciento en noviembre y del 3.2 por ciento en diciembre.
Así, la inflación acumulada en el año en Argentina sería del 120 por ciento, muy por debajo de la subida del 211.4 por ciento en 2023, que fue la cuarta mayor tasa en el mundo el año pasado, según el Fondo Monetario Internacional.
Para el próximo año, el Gobierno ha planteado una pauta presupuestaria de inflación del 18.3 por ciento anual, pero los consultores privados proyectan en promedio un alza del 31. 4 por ciento en 2025.