Los precios al consumidor en Estados Unidos continuaron aumentando en noviembre a un ritmo que alimenta la preocupación por el estancamiento de los avances en el control de la inflación en EU.
El llamado índice subyacente de precios al consumidor, que excluye los costos de los alimentos y la energía, aumentó un 0.3 por ciento por cuarto mes consecutivo, según cifras de la Oficina de Estadísticas Laborales publicadas el miércoles. Frente a igual mes del año anterior, el incremento fue del 3.3 por ciento.
Los economistas consideran que el indicador subyacente refleja mejor la tendencia de la inflación que el IPC general, que incluye los costos de los alimentos y la energía, a menudo volátiles. El índice general subió 0.3 por ciento respecto al mes anterior y 2.7 por ciento frente a igual mes del año pasado. Los costos de la vivienda representaron casi el 40 por ciento del avance general.
Si bien las presiones sobre los precios han cedido desde el máximo registrado durante la recuperación de la pandemia de COVID-19, el avance se ha estabilizado recientemente. Esto, junto con la disminución de las preocupaciones sobre el mercado laboral, ayuda a explicar por qué varios banqueros centrales estadounidenses han abogado por un ritmo más gradual de recortes de tasas de la Reserva Federal (Fed).
El IPC reveló que los costos de los bienes, excluidos los alimentos y la energía, aumentaron 0.3 por ciento, el mayor incremento desde mayo de 2023, impulsados por el alza de los precios de los vehículos nuevos y usados y las prendas de vestir. Los precios de los alimentos subieron 0.5 por ciento, el mayor incremento desde principios del año pasado.
Costos de la vivienda en EU suben 0.3%
Los economistas han prestado mucha atención a los precios de la vivienda, la categoría más grande dentro de los servicios y una de las fuentes más persistentes de inflación en los últimos años. Esa métrica avanzó 0.3 por ciento en noviembre después de un aumento del 0.4 por ciento en el mes anterior. El alquiler equivalente de los propietarios, así como el alquiler de la residencia principal (subconjuntos de la vivienda), subieron 0.2 por ciento, los aumentos más pequeños desde 2021.
Excluyendo la vivienda y la energía, los precios de los servicios aumentaron 0.3 por ciento por segundo mes, según los cálculos de Bloomberg. Si bien los banqueros centrales han enfatizado la importancia de considerar esa métrica al evaluar la trayectoria general de la inflación, la calculan en base a un índice separado.
Esa medida —conocida como índice de precios de los gastos de consumo personal— no le da tanto peso a la vivienda como el IPC, lo que es una de las razones por las que tiende a acercarse al objetivo del 2 por ciento de la Reserva Federal.
Los responsables de las políticas también prestan mucha atención al crecimiento de los salarios, ya que puede ayudar a determinar las expectativas sobre el gasto de los consumidores, el principal motor de la economía. Un informe separado publicado el miércoles que combina las cifras de inflación con datos salariales recientes mostró que las ganancias reales por hora crecieron 1.3 por ciento respecto del año anterior.