La declaratoria de ‘Emergencia Energética Nacional’ del presidente estadounidense Donald Trump priorizará el uso de fuentes fósiles, lo que representará un retraso en la agenda verde de Estados Unidos en varios temas, como la lucha contra el cambio climático hasta el avance de la electromovilidad, señalaron especialistas consultados por El Financiero.
En su toma de posesión, Donald Trump exclamó “¡Vamos a perforar, perforar y perforar!“, ya que argumentó que se debe maximizar la extracción de recursos fósiles para reducir los altos precios de la energía y recuperar su independencia energética.
Arturo Carranza, especialista del sector energético, señaló que está claro que la política energética de Trump tendrá como prioridad la exploración y producción de combustibles fósiles.
“A diferencia de la administración Biden, cuya prioridad fue el impulso de la energía renovable y de tecnologías innovadoras. Con este giro, es probable que el objetivo de cero emisiones al 2050 avance a un ritmo más lento, incrementando los efectos y riesgos que genera la crisis climática”, dijo.
En tanto, Elena Ocampo, head of legal de la empresa energética Quartux, consideró que, al incentivar la perforación y extracción de petróleo en Estados Unidos, especialmente en áreas estratégicas como el Golfo de México, se podría generar un incremento considerable en la oferta global de petróleo.
“Si estas políticas se aplican nuevamente en un contexto donde la demanda global muestra una tendencia a la baja debido al avance de las energías renovables, podría desencadenarse una disminución significativa en los precios internacionales del petróleo, por lo que se tendrá que ver cómo reaccionan los demás participantes de dicho mercado ante el alza en la oferta y la baja de los precios internacionales”, dijo.
Más tarde, Donald Trump firmó una orden ejecutiva en la que presentó la renuncia de Estados Unidos del Acuerdo de París, tratado que busca limitar el aumento de la temperatura global.
Alonso Romero, especialista en materia energética, resaltó que la mayor repercusión de la política energética de Trump se verá en la transición energética.
“No se cumplirán los compromisos de financiamiento de la transición energética mundial, anteriormente eran de 100 mil millones de dólares entre todos los países ricos y en la última COP se expresó que es necesario ir más allá de 300 mil millones de dólares. Aunque cabe resaltar que la mayoría de la innovación en electromovilidad viene de China”, dijo.
Romero prevé que Trump usará la energía como arma geopolítica y utilizará a todo el sector privado para hacerlo, en contraste, el gobierno de Claudia Sheinbaum ve en el sector energético la herramienta para potenciar la calidad de vida de las personas, por lo que buscará continuar con la transición energética con base en fuentes limpias, seguras y confiables.
Arturo Carranza estimó que la principal diferencia de política energética de Estados Unidos y México será la velocidad con la que avanza la transición energética.
“Caminará más rápido en México. No sólo por los planes mismos del gobierno de México sino, principalmente, por el conocimiento que la presidenta Sheinbaum tiene sobre las energías renovables y las tecnologías innovadoras”, apuntó.
El Centro de Estudios Económicos de Banamex, estima que la declaratoria de emergencia energética representa un punto negativo para la lucha global contra el cambio climático, sin embargo, beneficiará a las exportaciones mexicanas.
“Es positivo en el corto plazo pues elimina la posibilidad de impuestos verdes a las importaciones provenientes de México, desde una perspectiva más estratégica, es negativo pues disminuye los incentivos para que nuestro país retome la agenda verde abandonada en el sexenio anterior”, apuntó.