El tipo de cambio permanecerá durante este año bajo presión por la volatilidad en el entorno internacional sobre los precios del petróleo y la expectativa por las tasas de interés de la Reserva Federal; sin embargo las autoridades hacendarias y monetarias de México tienen aún margen de acción para ayudar a estabilizarlo con acciones coordinadas como las que recientemente acordaron y con el manejo eficiente de las reservas, señaló Gabriel Lozano, economista en jefe de J.P. Morgan, quien estima el peso cierre el año en 18.50 unidades por dólar.
Durante la conferencia "Perspectivas Económicas para el 2016", impartida en el marco del "11° Summit de Capital Privado en México: Capital Emprendedor, Crecimiento, Bienes Raíces, Infraestructura y Energía", el economista para México expuso que las herramientas utilizadas por la Secretaría de Hacienda y el Banco de México han sido las tasas de interés y la intervención discrecional y aún tienen armas para continuar utilizando las reservas internacionales, además de la línea del crédito flexible con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Con la expectativa de que el monto de las reservas internacionales finalice el año en una cifra equivalente al 15 por ciento del PIB y en 2017 disminuya al 14 por ciento, señaló que "todavía hay margen de maniobra, el tema es cómo ser eficiente en el manejo de las reservas, es importante destacar que bajo el nuevo mecanismo sólo han gastado 2 mil millones de dólares, porque con los anteriores mecanismos el monto era ya muy elevado con las intervenciones de la Comisión de Cambios. Esto significa que han sido más eficientes y no veo riesgo por el momento", dijo.
Con el pronóstico de que la paridad cambiaria finalice este primer trimestre del año en 18.10 unidades, dijo que el sesgo que mantiene es de volatilidad bajo presión.
Reconoció como una preocupante la desaceleración del comercio global que ha sido una limitante para que en México se reflejen los resultados en las exportaciones manufactureras de un peso debilitado y una de las explicaciones es que Estados Unidos no ha visto grandes beneficios en sus exportaciones por la fortaleza del dólar.
Advirtió que un tema no muy claro es el futuro de las tasas de interés una vez que las autoridades de la Junta de Gobierno del Banco de México son más discrecionales y mucho dependerá de lo que suceda con la Reserva Federal en Estados Unidos. J.P.
Morgan pronostica que la tasa de política monetaria de México finalice el año en 4.25 por ciento, actualmente en 3.75 por ciento, luego de dos movimientos en junio y septiembre.
De igual forma, estima que la Fed tenga dos movimientos alcistas en su tasa de referencia en sus reuniones de junio y septiembre, aunque tal vez en diciembre también para terminar cercanas al 1.0 por ciento.
De la mano de los ajustes al gasto público y el aumento en las tasas de interés J.P. Morgan ajustó a la baja su estimado de crecimiento para México en 2016 a 2.4 por ciento desde un estimado previo de 2.8 por ciento.
Gabriel Lozano descartó un deterioro en la calificación de México al reconocer que las autoridades están tomando medidas preventivas y no reactivas. Los fundamentales macro continúan sólidos y esa parte no nos preocupa demasiado.