El hombre designado por la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, para encabezar una comisión de reforma de las pensiones tiene un mensaje para los políticos: lleguen a un acuerdo rápido.
Luego de que cientos de miles de personas marcharon por las calles exigiendo aumentos de las pensiones y la reforma de un sistema que acumula ahorros por 172 mil millones de dólares, a David Bravo le preocupa que el debate se convierta en un partido de fútbol político previo a las elecciones presidenciales de noviembre de 2017.
Esto abriría la puerta a que los políticos prometan utilizar los fondos del sistema que sostienen al mercado de capitales para aumentar las jubilaciones.
"Existe el riesgo de que el descontento público se convierta en una lucha de eslóganes durante la campaña", dijo Bravo, economista de la Universidad Católica, en una entrevista en Santiago. "Podría llevar a propuestas extremas".
Desde que Bachelet dio a conocer una serie de propuestas, el 9 de agosto, políticos y miembros del gabinete han dado su propia opinión sobre lo que debe hacerse.
El clima se tensa en un cuadro en que los recursos fiscales son escasos y el prestigio de las administradoras de fondos es demasiado bajo como para facilitar una solución.