El gasto realizado por los hogares mexicanos en bienes y servicios reportó en abril su peor desempeño en casi dos años.
El indicador mensual de consumo privado, el principal motor del crecimiento económico, registró un alza anual de 1.2 por ciento, enmarcando su menor nivel de crecimiento desde julio de 2014, en las cifras ajustadas por estacionalidad.
Frente al mes inmediato anterior, este indicador bajó 2.2 por ciento. Esta sería la mayor caída mensual en siete años, ya que no se observaba una baja tan significativa desde mayo de 2009, de acuerdo con los registros del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
Analistas de Banamex destacaron que el consumo se desaceleró notoriamente en abril. A esto se suma la debilidad en la inversión productiva, por lo que los resultados indican que la demanda interna perdió impulso en abril.
En un informe señalaron que las cifras parecen apuntar a que la desaceleración de la demanda inicio antes y con una mayor fuerza a la anticipada. Advirtieron que esto implica riesgos a la baja en el pronóstico de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) para el segundo trimestre de 3 por ciento.
Otros especialistas consideran que aún es pronto para sostener que el índice ha iniciado una tendencia descendente. Sin embargo, analistas del Banco Ve por Más anticipan que el dato de consumo correspondiente al primer mes del segundo trimestre de 2016 deja entrever que el aporte del consumo al PIB no será de la magnitud de meses anteriores.
AFECTA TIPO DE CAMBIO
El gasto de los consumidores en bienes y servicios de origen nacional moderó su expansión a 1.1 por ciento anual, el nivel de crecimiento más discreto observado por la cuenta desde mediados de 2014.
Jorge Gordillo, director de análisis económico de CiBanco, puntualizó que el efecto principal de esta baja en el ritmo está en el consumo de bienes importados, "claramente el consumidor ha empezado a evaluar la posibilidad de buscar otro tipo de productos en su consumo afectados por el tipo de cambio", mencionó.
En efecto, la compra de bienes de importación fue la más afectada con una variación en terreno negativo de 1.9 por ciento, la primera en desde marzo de 2014, poco más de dos años.
En comparación con abril del año pasado, el consumo de bienes nacionales cayó uno por ciento, la primera contracción en para el mercado nacional en poco más de dos años y la de mayor valor desde noviembre de 2009.
Por su parte, el consumo de servicios se mantuvo en crecimiento, aunque no fue suficiente para compensar las pérdidas en bienes. Con un incremento anual de 3.6 por ciento el gasto en servicios describió su más bajo crecimiento en nueve meses.
Mario Correa, director de análisis económico de Scotiabank, mencionó que en la estimación de las cifras originales el crecimiento que se reporta para el consumo tuvo una variación anual de 3.1 por ciento.
Así, considerando esta cifra resulta que la evolución del consumo no estuvo tan mal como se ve en los datos ajustados por estacionalidad, aunque respecto al mes de marzo seguramente sí se perdió algo de dinamismo.
Sin embargo, "esto no quiere decir que ya estemos en una caída franca del consumo", advirtió.
De igual forma Gordillo expuso que abril "nos prende un foco amarillo", pero preciso que es importante esperar los datos de mayo y junio porque aún suenan un poco contradictorios algunos otros indicadores como los reportes de la ANTAD y de ventas minoristas creciendo arriba de ocho por ciento.
Para hablar de una debilidad sostenida, explica; "tendríamos que ver restricciones en el crédito, disminuciones en el empleo o caídas en las ventas al menudeo, éstas pueden ser un reflejo más claro de lo que estamos viviendo", dijo.
Un reporte de Casa de Bolsa Finamex señala que el consumo privado, que pilar del crecimiento económico del país el año pasado y el primer trimestre de 2016, sufrió un deterioro.
A este desempeño negativo se suma la depreciación esperada del tipo de cambio y la respuesta de política monetaria del Banco de México, con una alza de 50 puntos de base en la tasa de interés de referencia, en una medida, que aunque fue necesaria, no fortalece los fundamentales del consumo.
Por su parte, el alza de los "commodities" en dólares más la devaluación en pesos ya alcanzó al consumidor a partir de este mes con alzas de precio en la gasolina y en las tarifas de electricidad de alto consumo.
"El resto del impacto ya está en el proceso de formación de precios de la economía y ya se reflejó en la inflación al productor desde hace unos meses, lo que finalmente afectará los precios al consumidor", señaló la institución.