CIUDAD DE MÉXICO.- De 2009 a 2014, el crédito del sector bancario a las pequeñas y medianas empresas (Pymes) creció a una tasa real promedio anual de 12 por ciento, mientras que el total de unidades económicas atendidas pasó de 240 mil a 303 mil en dicho periodo.
El Banco de México (Banxico) informó que en el mismo lapso, la tasa de interés promedio ponderado en crédito a Pymes se redujo de 13.74 a 11.34 por ciento, aunque las condiciones para las micro y pequeñas empresas son menos favorables que para las medianas.
Las micro compañías pagan tasas de interés en promedio tres puntos porcentuales más elevadas que las medianas, y este efecto permanece aun cuando la tasa se ajusta por el riesgo.
Asimismo, las micro y pequeñas empresas presentan indicadores de movilidad inferiores a los de las medianas y grandes compañías, precisa el instituto central en un reporte sobre las condiciones de competencia en el otorgamiento de crédito a Pymes.
Señala que la concurrencia de oferentes al mercado de crédito Pyme es dinámica, pues actualmente participan 32 bancos y al menos 329 intermediarios financieros no bancarios.
Refiere que las características de las Pymes dificultan el otorgamiento de crédito debido al reducido monto que reciben respecto al costo fijo de evaluación, y el problema de asimetría de información que caracteriza a los mercados de crédito se agudiza en el caso de estas empresas.
De tal forma, el Banco de México identificó diversas oportunidades que pueden derivar en una mejora en las condiciones de competencia en la provisión de crédito a las micro y pequeñas empresas.
Entre ellas destacan las mitigantes del problema de información asimétrica, que consiste en completar las bases de datos y mejorar la calidad de la información disponible de las Sociedades de Información Crediticia (SIC), a fin de evaluar el riesgo de crédito de las Pymes.
Además, mejorar la oferta de servicios de valor agregado de las SIC, en particular de la calificación de créditos mediante valoraciones numéricas, y la provisión de reportes y de calificaciones que consideren en conjunto el historial de la Pyme y el de sus propietarios.
Otra oportunidad es la participación de Nacional Financiera (Nafin) para mantener el esquema de fondeo actual, que es aprovechado en mayor medida por los intermediarios que carecen de infraestructura y promover la diversificación de fuentes de financiamiento de los mismos.
También, establecer mecanismos de asignación de garantías de Nafin que partan de una evaluación del riesgo de cada Pyme; con dicha evaluación y la garantía de Nafin correspondiente, las pequeñas y medianas empresas someterían a concurso las condiciones del crédito entre los posibles oferentes.
Asimismo, el abatimiento de costos de cambio y búsqueda, para lo cual hay que dar seguimiento al impacto y promover el acogimiento de las Pymes a la regulación emitida por la Condusef, la cual permite que el banco receptor se encargue de todos los trámites de cancelación del crédito contratado con el banco originador.