El Servicio de Administración Tributaria (SAT) está listo para combatir los planes agresivos de aquellas empresas que quieran transferir utilidades de México a Estados Unidos, lo cual podría llevar a la erosión de la base de contribuyentes que pagan Impuesto sobre la Renta (ISR).
En entrevista con El Financiero, el jefe del SAT, Osvaldo Santín, advirtió a las empresas que, aunque muden su domicilio fiscal a Estados Unidos, deberán cumplir con sus obligaciones de pago de ISR en México porque es aquí donde se genera la actividad económica.
Esto luego que el presidente Donald Trump promulgara la reforma fiscal que tiene como eje central una reducción a la tasa corporativa de 35 a 21 por ciento que entrará en vigor a partir del primer día de 2018, una baja que de acuerdo con diversos analistas podría provocar salida de inversiones de México.
El impuesto se paga donde se genera la actividad económica y donde se originan las utilidades
"Estamos listos para combatir cualquier práctica o planeación agresiva que erosione la base de pago de ISR en nuestro país (...) con la disminución de la tasa del ISR corporativo se pondrá especial atención para que las grandes empresas no transfieran sus utilidades", afirmó Santín.
El jefe del SAT explicó que si bien es "relativamente" sencillo cambiar el domicilio fiscal de México a Estados Unidos, hacerlo no significa que el impuesto se pague donde está el domicilio fiscal, el impuesto se paga donde se genera la actividad económica y las utilidades.
"No es suficiente con cambiar el domicilio fiscal, lo que tiene que suceder es que la actividad económica se realice en otro país para que la tributación se efectúe en el otro país, pero mientras las empresas estén establecidas o estén produciendo en México, cuando la actividad económica se esté llevando a cabo aquí, el valor y las utilidades se estén generando en nuestro país, entonces el impuesto tiene que ser pagado en México", sostuvo.
Explicó que hay un marco institucional que se ha desarrollado en los últimos años en el seno de la OCDE que es conocido como BEPS (Erosión de la base imponible y traslado de beneficios, por sus siglas en inglés), que consiste en una serie de medidas y acciones a nivel internacional que buscan que los impuestos se paguen donde se genera la actividad económica.
Santín dijo que BEPS y la ley fiscal vigente son lo "suficientemente claros" para asegurar que el pago de impuestos se realice en México.
Aún así, el SAT fortalecerá el área de Grandes Contribuyentes, en específico la Unidad de Precios de Transferencia, que es la encargada de verificar las transacciones entre empresas relacionadas en distintas jurisdicciones para asegurar que no se estén trasladando las utilidades de un país a otro de manera "artificial".
Metas RECAUDATORIAS
Santín aseguró que 2017 cerrará con una recaudación por arriba de los 2.8 billones de pesos, que es una cantidad superior a lo proyectado en el Presupuesto de Egresos de la Federación 2017, de 2.74 billones de pesos.
Apuntó que el ISR fue el impuesto con el crecimiento más destacado y cerrará el año con un avance de 4 por ciento real, que es casi el doble que el crecimiento de la economía. En contraste, el IEPS de los combustibles no tuvo un avance favorable debido al cambio en la fórmula para suavizar las fluctuaciones en el precio de las gasolinas.
Resaltó que también fue un año destacado en el crecimiento de contribuyentes, ya que el padrón cerrará en 64 millones de personas que representan el 155 por ciento de la Población Económicamente Activa, lo que coloca a país cerca del promedio de los países de la OCDE y con lo que se han disminuido los niveles de informalidad.
"Esto es un logro de las medidas de facilitación y de control derivado de las capacidades tecnológicas que tiene el SAT. Este año tuvimos un crecimiento importante en las declaraciones anuales de las personas físicas, las cuales están prellenadas; en tanto, la factura electrónica nos permitió avanzar en el control de las obligaciones en tiempo real", afirmó Santín.