El sector empresarial propuso una estrategia para hacer frente a los retos internos y externos del país, entre los que se encuentran el combate a la inflación, promover la inversión y defender el empleo.
De acuerdo con el Consejo Coordinador Empresarial (CCE), el alza en el precio de las gasolinas generará una presión adicional sobre la economía interna. Por ello, propuso un paquete de 23 medidas de política económica en materia fiscal, gasto e ingresos; política monetaria; inversión y empleos y banca de desarrollo.
Por ejemplo, en el área fiscal formula que se garantice un superávit primario, que se reduzca la deuda del gobierno federal, así como establecer mecanismos para evitar un impacto del incremento de la gasolina en transporte público de personas.
En cuestiones de política económica, los empresarios plantean que el 100 por ciento del excedente de operaciones del Banco de México se use para reducir la deuda pública, y que se ajuste la tasa de interés sólo cuando sea necesario y mantener la flexibilidad del tipo de cambio.
Para promover la inversión y el empleo, proponen que se establezcan estímulos fiscales para nuevas inversiones y simplificar los trámites y regulaciones para liberar la carga administrativa a las empresas permitiendo la inversión en más rubros de la actividad económica.
En entrevista con El Financiero Bloomberg TV, Juan Pablo Castañón, presidente del CCE, destacó que es todas estas acciones ayudarán a compensar los efectos del tipo de cambio, del incremento en los combustibles y que se pueda seguir con la atracción de inversiones, además de facilitarlas.
PREOCUPA AUMENTO EN GASOLINA
Para la Coparmex, el aumento en el precio de los combustibles atenta directamente contra la economía del consumidor final.
Gustavo de Hoyos, presidente del organismo, afirmó que están en desacuerdo en que el usuario final resulte el más afectado con el incremento en estos precios y externó su preocupación por el impacto inflacionario que ocasionarán.
Dijo que es preocupante el aumento de las importaciones de gasolinas en los últimos años, las cuales superan el 60 por ciento del consumo nacional, ante la limitada e ineficiente infraestructura de refinación en el país.