Un año y medio después de que México abriera su mercado de combustible a la competencia privada, casi toda la gasolina que se vende en las estaciones de BP y Royal Dutch Shell sigue procediendo de la estatal Petróleos Mexicanos (Pemex).
México carece de la red de oleoductos y terminales de almacenamiento que permitiría el flujo de productos importados desde el puerto hasta las gasolineras.
Pemex tiene una "grotesca falta de capacidad de almacenamiento y transporte", dijo el viernes en Washington José Antonio González Anaya, el máximo responsable de la compañía.
Compañías como Monterra Energy –a la que respalda KKR & Co-, la mexicana Invex, Glencore, una empresa conjunta entre TransCanada y las firmas mexicanas Sierra Oil & Gas y Grupo TMM han anunciado proyectos de oleoductos en el centro de importación de combustible de Tuxpan, en la costa del Golfo.
Pero pasarán varios años antes de que estén listos, lo que no deja a las gasolineras minoristas más opción que comprarle combustible a Pemex y depender de sus oleoductos y camiones para el transporte.
"Le compramos todo nuestro combustible a Pemex porque en México no hay otras fuentes a las que podamos comprar de forma directa, y dados todos los costos de transporte relacionados con la importación de combustible, no es rentable", dijo José Antonio Muñoz, director de logística de combustibles para México de BP, que tiene 40 gasolineras en el país y planea abrir mil 460 más.
"Toda la infraestructura es propiedad de Pemex y, aparte de esa limitación, hay lugares donde no hay terminales para almacenar el combustible importado".
México permitió a las compañías privadas importar combustible por primera vez en abril de 2016 en el marco de reformas más amplias destinadas a alentar la competencia y la inversión. Ese proceso también ha comprendido la eliminación gradual de los precios máximos al consumidor fijados por el gobierno.
PRIVADOS
Hasta ahora, 32 empresas privadas han enviado diésel a México y 17 han despachado gasolina, según la Secretaría de Energía de México. Pero los volúmenes son una pequeña parte de los casi 800 mil barriles por día que importa Pemex.
"Se puede importar el combustible, pero no se tiene lugar para almacenarlo y el transporte es caro", dijo Roberto Díez de León, el presidente de Onexpo, la asociación de firmas minoristas de gasolina de México.
"Otra complicación es que el proceso de regulación es muy nuevo. Muchas de las partes interesadas no conocen todos los pasos de ese proceso".
Pemex ha dicho que ofrecerá contratar capacidad de oleoducto y de almacenamiento de combustible en las próximas semanas, cinco meses después de que Andeavor se adjudicara su primera licitación en Baja California y Sonora.
"Este es un proceso gradual y competitivo que comprende una serie de actores", dijo Pemex en una declaración.
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