CIUDAD DE MÉXICO.- El gobierno ha sido el gran ganador de las bajas tasas de interés que hemos vivido en los últimos años.
Por ejemplo, la tasa a la que se colocaron los Cetes a 28 días en la subasta de la semana pasada fue de 2.80 por ciento,
la más baja de la historia. Cuatro años atrás, a finales de julio de 2010, era de 4.60 por ciento, lo que significa que en términos relativos se ha presentado una reducción de 39 por ciento en el costo del financiamiento.
Para los analistas, el gobierno ha hecho bien las cosas, logrando hasta cierto punto optimizar la mezcla de la deuda, pues las obligaciones en moneda nacional han ganado mayor peso en los últimos años, permitiéndole estar inmunizada en términos de la volatilidad cambiaria y además financiarse a más largo plazo.
"Son tasas de interés que probablemente no vamos a observar durante los siguientes años, entonces el gobierno está aprovechando la coyuntura que es favorable para financiarse a largo plazo", afirmó Alejandro Padilla, director de Estrategia de Renta Fija de Banorte.
En este sentido, aseguró que el perfil de la deuda pública de México actualmente se encuentra en condiciones bastante óptimas, sobre todo en la coyuntura actual. Dicha situación le ha sido favorable al gobierno por un menor costo de la deuda.
MENOR COSTO FINANCIERO
En los últimos diez años los recursos destinados al pago de la deuda resultaron inferiores en 238 mil millones de pesos al monto programado. Se estimó una cifra de 2.78 billones de pesos y resultó en 2.55 billones, según datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
Al cierre del año anterior el costo implícito de la deuda se ubicó en niveles mínimos sin precedente, de poco más de 6 por ciento, muy por debajo de los niveles de 13 por ciento de hace unos 15 años. La tasa de rendimiento promedio del bono a 10 años pasó de 9.5 por ciento en 2004, a 5.6 por ciento en 2013.
Por otra parte, el plazo promedio ha mostrado una tendencia al alza, debido a una mayor proporción de instrumentos de largo plazo. En el mercado local el plazo promedio se ubica en ocho años y la deuda externa el plazo es de 16.4 años.
CLAVE, LOS FUNDAMENTALES DEL PAÍS
El marco macroeconómico de México también ha influido, ya que muestra sólidos fundamentales en términos de cuentas externas, finanzas públicas e inflación, especialmente si se comparan estas métricas con otros países emergentes.
Esto se ha traducido en una mejora de las primas de riesgo soberano del país, que junto con los cambios estructurales realizados, derivaron en febrero pasado en el aumento por parte de Moody's de la calificación soberana del país, de "Baa1" a "A3", la primera vez que México accede a este escalón. Dicho entorno permite mantener el apetito entre los inversionistas, de los instrumentos emitidos por el gobierno.
Prueba de lo anterior es la buena demanda que existe por bonos mexicanos por parte de los extranjeros, que a pesar de estas tasas tan bajas, les gusta el riesgo de México, pues lo ven como una alternativa de inversión bastante buena.
Padilla indicó que la estrategia del gobierno, de financiarse a más largo plazo a tasas tan bajas, es bastante buena, pensando que en los próximos años la normalización de la política monetaria global traerá tasas de interés más altas, que aumentará el costo financiero para todos los gobiernos en el mundo.
Sin embargo, descartó que haya un movimiento importante en la tenencia de instrumentos mexicanos por parte de extranjeros, pues los inversionistas seguirán viendo que la deuda mexicana es atractiva dada su mezcla de riesgo-rendimiento.Esta situación le seguirá permitiendo al gobierno federal aprovechar las condiciones actuales del mercado.
MENORES COSTOS PARA LOS HOGARES
Las tasas de interés internacionales en mínimos y la solidez del entorno macro en México también ha beneficiado a las familias mexicanas y a las empresas, con un menor costo financiero.
Entre 2004 y mediados de este año, el Costo Anual Total (CAT) en los créditos hipotecarios bajó de 17.4 a 13.4 por ciento, en promedio, de acuerdo con datos del Banco de México.
Para las empresas, las tasas de interés también registraron una baja; en el periodo de referencia disminuyeron de 10.2 a 7 por ciento, con base en datos de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV).
Además que se ha elevado la oferta crediticia de la banca en otros segmentos, principalmente en el de consumo.
CRECE LA DEUDA POR MEXICANO
Si se mide el monto de las obligaciones financieras respecto al total de la población, resulta que en la última década, la deuda bruta per cápita en México casi se duplicó, pasando de 29 mil pesos en 2004, a 52 mil en 2013, una vez descontada la inflación.
En comparación con otros países emergentes, la deuda por mexicano ascendió a 4 mil 941 dólares en 2013, por debajo de Corea, Brasil y Argentina; aunque por arriba de Turquía, Colombia, Chile y Perú.
Viridiana Ríos, directora del Observatorio Económico México ¿Cómo vamos?, alertó que un riesgo radica en que empecemos a emplear la deuda pública como el único mecanismo para generar un gasto de gobierno adecuado, pues gran parte del crecimiento económico proviene del gasto en inversión pública.