México hoy está enfrascado en un subdesarrollo institucional que no ha arrastrado al subdesarrollo económico, advirtió Gerardo Gutiérrez Candiani, presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE).
Ello se debe a que las instituciones, en lugar de ser un factor que aliente el crecimiento económico y tener un rol de inclusión, suelen ser un obstáculo o impedimento, además de adquirir un papel extractivo para la sociedad.
En su mensaje semanal dijo que el país recurrentemente tiene un mal desempeño, en confianza en los políticos, cargas de regulaciones gubernamentales y confiabilidad de las policías.
También en costos por delincuencia, pagos irregulares y sobornos, favoritismo en decisiones de funcionarios de gobierno, y eficiencia del marco legal para resolver disputas. En todos estos renglones, México se encuentra por debajo de la calificación promedio internacional.
Precisó que en los últimos años se han logrado avances fundamentales para encarrilar al país en la senda de la modernización y un desarrollo más vigoroso, acelerado e incluyente y estas son principio 11 reformas estructurales de gran calado, a las cuales se suma la del Sistema Nacional Anticorrupción.
Ello se reconoce en México y en el exterior, pero persiste la expectativa de si en el país se podrá replicar el éxito en el reto de reformar nuestras leyes, a un logro equivalente en la tarea de aterrizarlas y transformar la realidad nacional.
Dijo que el tener las leyes y la arquitectura institucional que requiere el México del Siglo XXI es sólo el inicio; indispensable, pero no la prueba completa que se tiene que superar, porque "otro requisito fundamental es que se cuente con un Estado y una sociedad con la voluntad de transformación para hacer las cosas de manera diferente en la nación".
Gutiérrez Candini expuso que se necesitan gobiernos, en los tres niveles y todos los poderes, que no claudiquen en el combate al crimen organizado y a la aplicación puntual de la ley, sin excepciones, como el vandalismo, la corrupción o la subversión violenta que se encubren bajo banderas de protesta social o gremiales, en el caso muy concreto de una parte de la dirigencia magisterial.
En ese mismo contexto, anotó que tolerar el tipo de acciones que realizan grupos radicales de la CNTE para bloquear cualquier progreso educativo, influir en la política de los estados y del país, es apostar en contra de las reformas que se tiene que aterrizar.
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